Todos estuvieron allí, pero no hubo unidad. La capilla ardiente de la ex ministra Carme Chacón reconcilió por unas horas al PSOE, que se encuentra roto y enfrentado por las primarias convocadas para elegir al nuevo secretario general del partido. El afecto y respeto de la clase política española por la dirigente catalana dejó escenas insólitas como la entrada de seis ministros del Gobierno del PP en la sede socialista seguidos por una delegación de Podemos.

También hizo que Pedro Sánchez volviera al 'lugar del crimen', pero no como tenía previsto -como flamante secretario general reelegido por las bases- sino en unas tristes circunstancias. Allí coincidió con Patxi López y con Susana Díaz, aunque con la presidenta andaluza ni se cruzó. Los 'cara a cara' vividos este lunes en Ferraz dejan escenas de frialdad y tratamientos meramente protocolarios que certifican la ruptura de la 'familia socialista' en dos sectores irreconciliables. Ni el dolor por la pérdida de Chacón -amiga de Susana Díaz y miembro de la Ejecutiva de Sánchez- sirvió para rebajar la intensidad del enfrentamiento entre ambos. Los comentarios y actitudes entre bambalinas así lo evidenciaron.

Haciendo gala del leit motiv de su candidatura como único que puede garantizar la concordia, Patxi López habló con sus dos rivales en la capilla ardiente. Fuentes de su equipo informaron de que conversó con ambos por separado pero exclusivamente sobre Carme Chacón, sin abordar asuntos del partido, y siempre en un ambiente de cordialidad. Susana Díaz, incluso, se mostró "muy cariñosa" con su adversario.

El peor trago a la hora de cruzar ese umbral era sin duda para Pedro Sánchez, que no había vuelto a la sede socialista desde que la abandonó en la madrugada del 2 de octubre después de dimitir como secretario general. Sin titubear, el candidato volvió a Ferraz y se encontró cara a cara con antiguos miembros de su equipo que ahora le disputan las primarias. Son los "traidores", según la candidatura sanchista: Patxi López y uno de los principales impulsores de su campaña, César Luena, antes secretario de Organización de Sánchez.

Con el ex lehendakari se encontró ante el féretro y luego a su salida, ya en la calle. En ambos casos se saludaron con un frío abrazo y sólo hablaron de la compañera fallecida. Con Luena se detuvo más tiempo, en el interior de la sede, según explican varios testigos. Fuentes cercanas al ex secretario general aseguran que la conversación también versó sobre Chacón, que era compañera de Ejecutiva.

Con Susana Díaz no se cruzó, aunque ella estaba en el edificio durante la visita del ex secretario general. A su entrada en la capilla ardiente, la candidata se trasladó a otras dependencias de la sede socialista para no tener que encontrarse con su adversario. Díaz es una mujer visceral, a la que le cuesta mucho disimular sus emociones. Si los dos principales aspirantes a dirigir el partido no son capaces ni de saludarse en un momento de duelo, la colaboración futura entre ambos se adivina imposible. A pesar de la dureza de la situación, y demostrando una vez más su capacidad de resistencia, Sánchez salió de Ferraz con "buenas sensaciones".

Tanto sanchistas como patxistas cuestionaron la actitud de Susana Díaz durante la jornada. La presidenta andaluza llegó sobre las 14,30 y permaneció dentro de la sede cuatro horas. Entró saludando a los ciudadanos que hacían cola en la calle para visitar la capilla ardiente. Vestida de negro, sin maquillaje y con las lágrimas a flor de piel, fue la última de los tres candidatos en salir ante los medios de comunicación para llorar por "su amiga" Carme. Lo hizo del brazo del presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, también visiblemente afectado. Previamente, por la mañana, en un acto institucional en Sevilla, ya había mostrado su dolor ante las cámaras por la pérdida de su compañera.

Ese comportamiento, junto a una cuenta en la red social Twitter en memoria de la ex ministra -en la que aparecía una foto de ambas- así como un vídeo homenaje del Partido Socialista Valenciano en la que Chacón aparece con Puig, reavivaron los conflictos entre las candidaturas, que no piensan cesar en sus hostilidades después de la Semana Santa. "El ambiente allí dentro era muy raro. Hemos pasado un mal rato. Después de las vacaciones la campaña volverá a la normalidad", explica un miembro del equipo de Sánchez.

Precisamente en ese ambiente enrarecido, a pesar del dolor común, el ex presidente González lanzó un enigmático mensaje a sus "compañeros": "Noticias como éstas nos deberían llevar a discutir de las cosas importantes", aseguró.