A cara de perro. Este es el ambiente que se vive en la Asamblea autonómica madrileña donde se debate la moción de censura que presenta Podemos contra Cristina Cifuentes. Incluso antes de la intervención de la candidata alternativa, Lorena Ruiz-Huerta, ha tomado la palabra el vicepresidente de la Comunidad, Ángel Garrido, para replicar a Ramón Espinar. Y se ha liado.

Porque Garrido, ente otras cosas, ha dicho que Ruiz-Huerta no atesora ningún tipo de experiencia para pretender presidir una de las administraciones más importantes de España y que solo está movida por "una soberbia y vanidad digna de mejor causa. Es un ejercicio de frivolidad".

Parafraseando al propio Espinar, que dijo que esta era la"puesta de largo" de Ruiz-Huerta, el portavoz de Cifuentes ha dicho que se trata de un término de "niños bien", y que la Cámara no está para actos de sociedad. "Las fiestas de puesta de largo se las paga uno mismo y no usa el dinero de todos los madrileños", ha dicho para acusar a los podemitas de ser partidarios de "becas black, de no pagar impuestos" o de estar en televisiones financiadas por países que no respetan los derechos de la mujer, en alusión a Irán.

Las polémica del consejero de Presidencia ha sido respaldada por Cifuentes, que ha defendido su intervención al terminar la primera parte del debate. Al ser preguntada sobre la expresión de "puesta de largo" utilizada por Garrido, la presidenta ha asegurado que se trata de "un símil desafortunado" y una "expresión muy machista que ya utilizó Ramón Espinar" y ha defendido que el miembro de su Gobierno lo ha repetido precisamente "para poner en evidencia" las supuestas contradicciones de Podemos, al que ha descrito como un partido "con un machismo subyacente que se les ve".

El PP está sacando toda su artillería. El portavoz parlamentario popular, Enrique Osorio, ha llegado a decir que Podemos tiene entre sus listas a personas "condenadas por todo el Código Penal", incluidos abusos y otros delitos de índole sexual.

Batalla reglamentaria: Cifuentes denuncia un intento de "amordazar"

Buena parte del debate durante la mañana ha girado alrededor de una batalla sobre los reglamentos y los turnos de palabra, a raíz de que el consejero de Gobierno y Presidencia, Ángel Garrido, solicitase intervenir tras la aparición inicial de Ramón Espinar. La presidenta de la Cámara, Paloma Adrados, lo ha permitido en base al argumento de que el gobierno puede intervenir "cuando quiera", ante la queja del resto de grupos parlamentarios.

Ha sido especialmente beligerante la portavoz socialista, Pilar Sánchez Acera, que ha acusado a Adrados de realizar una interpretación "irregular y sectaria" de las normas. En la misma línea se ha expresado Pablo Iglesias, que ha acudido al debate como espectador. A la salida de la Asamblea, tras el receso, ha acusado también a la presidenta de la Cámara de "manipular el reglamento para hacer trampas". "Es verdaderamente escandaloso a lo que estamos asistiendo aquí. El Partido Popular se está retratando y revelando un estilo de extrema derecha y autoritario", ha manifestado el secretario general de la formación.

Después de las acusaciones, Cristina Cifuentes ha dicho sentirse "sorprendida" por la actitud de la diputada del PSOE, al que ha acusado junto a Podemos de "intentar amordazar al Gobierno para que no pudiera ejercer su derecho a contestar", más aún cuando, ha señalado, "es una moción de censura al Gobierno y tiene el derecho de intervenir".