El número de muertos en el incendio que se desencadenó en la tarde del sábado en una zona forestal del municipio de Pedrógão Grande, en la localidad portuguesa de Leiria ha aumentado a 62, según el último balance proporcionado por el Gobierno portugués. Gomes también ha confirmado que hay medio centenar de heridos, algunos en estado grave.

Los pronósticos para los bomberos no son buenos. Los vientos cruzados que predominan en la región seguirán a lo largo de las próximas horas por lo que se espera que las llamas sigan extendiéndose a gran velocidad, según ha informado el presidente de la Liga dos Bombeiros, Jaime Marta Soares.

El origen de las llamas ha tenido lugar a consecuencia de una tormenta eléctrica y se descarta su origen humano, ha añadido por su parte el director de la Policía Judicial portugesa, José Maria de Almeida Rodrigues.

El fuego se ha extendido a lo largo de la región montañosa, que se encuentra, a unos 200 kilómetros de la capital, Lisboa, debido a los fuertes vientos registrados en la zona. La mayoría de las víctimas se han visto rodeadas por las llamas cuando se encontraban en sus vehículos.

Entre los fallecidos se encuentran 30 personas cuyos cuerpos han sido encontrados completamente carbonizados dentro de vehículos en la carretera entre Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pêra. Según ha informado Protección Civil, actualmente hay unos 1.537 bomberos trabajando en todo el país para sofocar una decena de incendios que continúan activos.

Ayuda de España

Esta mañana han despegado dos aviones apagafuegos españoles del 43 Grupo del Ejército del Aire para unirse a las labores de extinción de los incendios. Uno de ellos salió desde el destacamento que el 43 Grupo tiene operativo desde el día 15 en la Base Aérea de Matacan, Salamanca, y el otro desde la base central de esta unidad del Ejército del Aire en Torrejon.

Debido a la virulencia del incendio y a solicitud de las autoridades portuguesas, se incorpora un tercer avión, han informado fuentes del Ministerio de Defensa.