Pablo Iglesias ha rebajado este martes el referéndum del 1 de octubre a una "movilización política", ya que no cuenta con las garantías y eficacia jurídica necesarias para que sea vinculante. "El 1-O es una movilización política legítima y, por tanto, se tiene que producir con la mayor normalidad y las instituciones tienen que facilitar por todos los medios que se pueda producir", ha señalado.

El líder de Podemos ha añadido que "éste no es el referéndum que nosotros queremos que se produzca y por el que vamos a trabajar", pero ha "saludado" que las instituciones catalanas faciliten esa movilización que aglutina principalmente a los sectores favorables a la independencia con los que Podemos, ha puntualizado, "no se identifica porque no queremos que Cataluña se vaya de España".

Iglesias respaldaba así los argumentos de Ada Colau y Xavier Domènech, que el pasado fin de semana dejaba claro en qué consistían las concreciones exigidas al presidente de la Generalitat: El “referéndum efectivo y con garantías significa que interpele a la mayoría de la población de Cataluña, con reconocimiento internacional, que se pueda celebrar con normalidad y sin poner en situación de riesgo a nadie, tampoco a los trabajadores públicos”. Lo que ha ofrecido hasta ahora el Govern, según el líder de los Comunes en el Congreso, son poco más que “profesiones de fe”.

La Coordinadora Nacional de Catalunya en Comú, que aglutina a formaciones de la izquierda alternativa catalana, respalda la convocatoria del 1 de octubre como una movilización por el derecho a decidir, pero no la considera un “referéndum vinculante” sobre la independencia de Cataluña. Domènech avanzó que los Comunes tendrían que estudiar su participación el 1-O porque veían "muchas incógnitas" respecto a la convocatoria.