Las víctimas del terrorismo hace mucho tiempo que reclamamos justicia, dignidad y memoria. Pero nuestras reivindicaciones siempre han caído en saco roto. Antes de 1995 teníamos que ver con estupor cómo los asesinos etarras salían tranquilamente de prisión porque no cumplían ni un año por asesinato. Nos aguantábamos y nos ninguneaban. Después de 1995, cuando se modificó el Código Penal, las penas se incrementaron de 30 a 40 años. Se dijo que íntegros y sin redención de penas, pero continuamos igual o peor, porque siguen saliendo sin llegar a cumplir un año por asesinato. Las víctimas hemos estado ninguneadas por la Justicia en este país.

Este relato se ve agravado desde el momento en que el ínclito Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, con la ayuda del juez español López Guerra, derogó la Doctrina Parot. Al menos con esta fórmula los asesinos etarras estarían algunos años más en prisión, por lo que casi un centenar de ellos salieron a la calle. Lo más llamativo fue la actitud del Gobierno español, que no esperó ni a la traducción de la sentencia.

Como víctima del atentado de Hipercor, es indignante y bochornoso que los cuatro terroristas de aquel atentado ya estén en la calle o lo vayan a estar el año que viene

Una ofensa más hacia las víctimas y sin parar ni dar cuartel al tiempo, empiezan a salir de la cárcel los etarras enfermos. A este paso tendremos que ser las víctimas las que ocupemos el lugar en las prisiones.

Como víctima del atentado de Hipercor, es indignante y bochornoso que dos de los terroristas de aquel horrible atentado ya estén en la calle y el año que viene lo estarán los otros dos: Santi Potros y Caride Simón. Eso si no los sueltan antes por descontarles días por redención de la pena. Al ritmo que van, antes de final de este año estarán tomando potes o pinchos por cualquier bar del País Vasco.

A mí particularmente me da igual dónde cumplan las condenas mientras estén encerrados el mayor tiempo posible. O que se pudran en prisión y así sus familiares no tendrán que hacer muchos kilómetros para verlos y no tendrán que sufrir mucho.

¿Alguien ha pensado en el sufrimiento de las familias de las víctimas que nunca más podrán ver a sus seres queridos? A todas ellas a las que les han asesinado un familiar, no les importaría tener el cementerio cerca o lejos. Cualquiera preferiría tenerlo a mucha distancia, pero poder decirle a un hijo, a un padre, a un hermano o a un familiar: Te quiero.


José Vargas es superviviente del atentado de Hipercor y presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas.