A menos de una hora de que comience el encuentro de Final de la Copa del Rey entre el Sevilla CF y el FC Barcelona, que se prevé esté marcado por la situación política en Cataluña, los aficionados culés se han visto obligados a tirar esteladas, pancartas de "Libertad presos políticos" y las camisetas de la diada de 2014 antes de entrar al Wanda Metropoplitano, donde se disputa el partido.

La Policía está requisando este tipo de objetos que tienen un claro mensaje político para que el partido sea un acto político, sino una final de un torneo deportivo. Este año, además, el dispositivo de seguridad se ha ampliado con 700 agentes más con respecto a la Final de la Copa del Rey de hace tan solo dos años, en el que también se enfrentaron el FC Barcelona y el Sevilla.

Días antes del encuentro, las asociaciones independentistas animaban a la afición azulgrana a acudir al partido con camisetas amarillas y símbolos de apoyo a los presos secesionistas. De hecho, la ANC ha criticado a través de las redes sociales que la Policía esté requisando estos objetos a la entrada.

En una publicación en Twitter, ha alertado de que "el Gobierno español también decide cómo se debe ir vestido" a la final de la Copa del Rey y ha reivindicado que, a su juicio, la solución es la independencia de Cataluña.

También el diputado de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha criticado esta decisión policial señalando que, si en lugar de símbolos independentistas fueran franquistas, no se retirarían.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no estará presente en este encuentro para apoyar al equipo catalán, pese a que sí acudió a las finales disputadas en 2015 y 2016. Dado que tampoco hay gobierno formado en Cataluña, tampoco habrá representación por parte del Ejecutivo autonómico. Sí que habrá, en cambio, representación andaluza. Tanto la presidenta de la Junta, Susana Díaz, como el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, para apoyar al club andaluz.