La designación de Joan Planellas como arzobispo de Tarragona en sustitución de Jaume Pujol ha desatado la polémica en Cataluña por la defensa del independentismo de la que el hasta ahora decano de la Facultad de Teología ha hecho gala en las parroquias que regentaba en la comarca del Empordà, entre ellas la de Jafre, localidad en la que residen Albert Boadella y su esposa. Fue esta, Dolors Caminal, la que sin quererlo le dio al entonces párroco sus hasta ahora cinco minutos de gloria la escribir al obispo de Girona, Francesc Pardo, quejándose por la actitud de Planellas.

El motivo, la insistencia de Planellas en colgar del campanario de la Iglesia la estelada cada semana de la Diada del 11 de septiembre. Gesto que acompañó con el repicar de campanas para rememorar el 300 aniversario de la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas en 1714. "Parece que a vuestros ojos no todos somos iguales sino que son preferidos por ustedes aquellos que enarbolan la bandera separatista y al resto les tocará entrar en la iglesia con la cabeza cota", se lamentó Caminal ante el obispo Pardo.

La respuesta de Planellas no dejó lugar a dudas sobre sus convicciones políticas y su empeño en imponerlas también en la misión pastoral. “Estos señores no son de la parroquia. La estelada se puso porque el pueblo la pidió. Y no puedo ir contra el pueblo. Que se pongan la bandera española en su casa, si quieren”.

El temor a un Setién catalán se ha instalado entre los fieles" advierten en Germinans

Las críticas a la designación de Planellas no se han hecho esperar. En la web Germinans, dedicada a la información religiosa, advertían tras recordar este precedente que "además, el primer comunicado de Planellas hablando de la iglesia catalana y la unidad de acción de las diócesis no permite albergar esperanzas. El temor a un Setién catalán se ha instalado entre los fieles. O Planellas se aleja de toda tentación independentista o su pontificado se verá rodeado de polémica. En sus manos está".

"Manifestación" contra el obispo de Barbastro

La sustitución del anterior obispo de Tarragona ya llegó precedida por la polémica. Pujol se vio obligado a presentar su renuncia, justificada por su avanzada edad, por la mala gestión de los casos de pederastía en su diócesis. Y tras el anuncio, el grupo "Bisbes catalans" convocó para una concentración delante de la catedral tarraconense contra la posibilidad de que el sucesor de Pujol Balcells no fuese catalán, dados los rumores que situaban en dicha sede metropolitana al obispo de Barbastro, Ángel Pérez Pueyo.

Se trataba de hacer coincidir la concentración con la ceremonia en la que se declaraba beato al Dr. Marià Mullerat, con la presencia del cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. La convocatoria, sin embargo, fue un fiasco que concentro a seis personas que sujetaban una pancarta con el lema: "ni de Barbastre, ni valencians". Previamente se había emitido un manifiesto que vinculaba la sustitución de Pujol con una ofensiva contra el procés.

Algunas fuentes señalan, sin embargo, que Pérez Pueyo nunca estuvo realmente en las quinielas y asocian la designación de Planellas a su estrecha colaboración con el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en el informe sobre los casos de pederastia que afectan a la Iglesia en Cataluña.

Planellas Barnosell, doctor en teología dogmática, tiene excelente currículo académico como profesor de Teología en el Seminario de Gerona, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, rector del Seminario de Gerona, director de la Revista Catalana de Teología y finalmente Decano de la Facultad de Teología de Cataluña, cargo que desempeñaba actualmente. Y cumple uno de los requisitos del Papa Francisco en sus nombramientos, una larga experiencia como párroco rural. "Los teólogos a las universidades" sentenció Francisco tras sustituir a Benedicto XVI.

El nuevo arzobispo ha sido párroco de diversas parroquias, todas ellas en pequeñas localidades en el corazón de la Girona independentista. Desde 1999 es párroco de las localidades ampurdanesas de Jafre y Garrigoles, a cuyas responsabilidades unió las de Colomers en 2005, Foixà, Rupià y La Sala en 2011 y, como administrador parroquial, las de La Tallada d’Empordà y Marenyà en 2013.