Navarra se había presentado como un laboratorio de alianzas de derechas y los resultados han corroborado que ha sido positiva pero quizá no suficiente. La marca Navarra Suma, que agrupa a UPN, PP y Ciudadanos, se ha impuesto en las elecciones autonómicas forales y en el Ayuntamiento de Pamplona. Sendas victorias que además se amplían con un importante descenso de las sumas de las cuatro formaciones que venían sosteniendo el Gobierno en Navarra y en la capital, Pamplona. De este modo, el Gobierno de Uxue Barkos al frente de Navarra es imposible que pueda reeditar y se prepara ya un relevó en el Ejecutivo. La duda se sitúa en saber quién logrará los apoyos suficientes para alcanzar la mayoría necesaria, las formaciones de derechas, que necesitarían del respaldo del PSN, o el partido socialista, que ya ha anunciado su intención de disputar el Gobierno, pero para lo que requeriría del apoyo de EH Bildu, Geroa Bai y Podemos.

Navarra Suma ha obtenido 20 parlamentarios en las elecciones autonómicas, lo que supone dos más que la suma de UPN y PP en las anteriores elecciones, donde lograron 15 y 2 respectivamente. Esta holgada mayoría de Navarra Suma le sitúa a su candidato, Javier Esparza, en una buena posición pero aún a siete escaños de la mayoría absoluta y con un abanico de posibilidades, aunque complejo, de pactos. Corresponderá al Partido Socialista determinar cuál será el futuro de ambos gobiernos, tanto el foral como el de la capital. Con los resultados de las elecciones, los 11 parlamentarios del PSN podrían ser determinantes tanto para favorecer un nuevo cambio ‘de izquierdas’, liderado por un gobierno socialista apoyado por Bildu, Geroa Bai y Podemos, o facilitar un retorno de un gobierno de UPN. La líder de los socialistas en Navarra, María Chivite ya ha avanzado su intención de disputar la gobernabilidad de la Comunidad Foral a Navarra Suma. En una comparecencia para valorar los resultados electorales ha avanzado su intención de liderar “un gobierno de progreso” y ha insistido en que “no le vamos a regalar los votos al señor Esparza”.

En segundo lugar ha quedado el Partido Socialista de Navarra, de María Chivite, con once asientos en el Parlamento navarro, cuatro más que en 2015. En tercer lugar se situaría Geroa Bai, la coalición que lidera el PNV en Navarra, y por la que concurre la actual presidenta de Navarra en funciones, Uxue Barkos. Tras ellos estaría la izquierda abertzale, con siete parlamentarios, uno menos que en la actualidad. La perdida de mayoría del cuatripartito está provocada fundamentalmente por el hundimiento de Podemos en Navarra, que pasa de siete escaños a sólo dos. Finalmente, la formación Izquierda-Ezkerra baja de dos a un escaño.

En el caso de Pamplona, la continuidad del actual alcalde, Joseba Asirón, de EH Bildu se complica. La marca Navarra Suma ha logrado 13 concejales, frente a los 10 que tenía UPN. De esta forma, se queda a sólo a un escaño de la mayoría absoluta. La segunda formación ha sido la izquierda abertzale, con un importante repunte de apoyos. La candidatura de Asirón ha pasado de cinco a siete escaños. La coalición del PNV, Geroa Bai, en cambio, ha sufrido un importante revés al caer de 5 a dos concejales. Un comportamiento inverso al del PSN, que ha pasado de 3 a cinco representantes, que pueden ser clave para facilitar o impedir un cambio en el consistorio pamplonés. Finalmente, ni Aranzadi -que tenía 3-, ni Izquierda-Ezkerra -que tenía1- han obtenido representación.