Hubo un tiempo en el que España se paralizaba cada vez que Pablo Iglesias aparecía en televisión. Parece que fue ayer y, en realidad, lo fue. Pero ha llovido mucho desde entonces y han sido varios los giros de guión que se han producido en el país. En este tiempo, el líder de Unidas Podemos ha perdido una buena parte de su tirón mediático y ni la audiencia de sus entrevistas es tan elevada ni su discurso contestatario tiene tanto impacto. Las modas vienen y van, incluso en política. Y el cambio radical de los acontecimientos que proponía esta izquierda quizá no tenga tanto apoyo en 2019 como en los años más difíciles de la crisis económica.

Hay argumentos de Unidas Podemos que resultan especialmente indigestos en un principio. Pablo Motos ha preguntado este jueves a Iglesias por uno de ellos, quizá el que más. Es el relativo a las donaciones que realiza a la sanidad pública Amancio Ortega, dueño de Inditex y poseedor de una de las mayores fortunas del mundo. El asunto se las trae, pues el cáncer es quizá el asesino más certero del mundo contemporáneo y las máquinas que compra Amancio Ortega para detectarlo con una mayor precisión pueden salvar vidas. Pero Podemos no lo ve bien. Y Pablo Iglesias lo ha explicado con estas palabras:

"Imagínate que tú vas a cenar, te ponen la cuenta de la cena y te dicen que cuesta 50 euros. Y tú dices que no se los vas a pagar, pero le vas a dejar 10 céntimos de propina (…). España no es una dictadura que dependa de que un señorito venga dando cosas. España lo que necesita es que Amancio Ortega pague impuestos".

Villarejadas

Iglesias estaba esta noche en El Hormiguero porque dentro de unos días los españoles están llamados a votar en unos nuevos comicios. El país se ha acostumbrado a encadenar elecciones como consecuencia de la ineficacia de los partidos a la hora de alcanzar pactos y eso ha obligado a repetir varias veces las rutinas de campaña. Una de ellas, las entrevistas a los candidatos en el programa de Pablo Motos. Otra, el discurso a la defensiva sobre las cloacas del Estado de Unidas Podemos, que tarde o temprano vuelve a aflorar y ya suena a déjà vu: “Hemos visto que a Villarejo le contrataban BBVA e Iberdrola (…) En este país, existen poderes que si no les gusta el resultado electoral maniobran y conspiran". Han fabricado informes falsos contra nosotros.

En este país, existen poderes que si no les gusta el resultado electoral maniobran y conspiran

El candidato de la formación morada también se ha referido a Cataluña y lo ha hecho sin ser políticamente correcto, pues no ha rechazado la posibilidad del indulto para los políticos presos por su participación en el referéndum del 1-O: "Un gobierno nunca puede renunciar a la facultad del indulto. En España se indultó a Armada, a Vera y Barrionuevo. Los indultaron porque había razones de convivencia que lo justificaban. Yo creo que en el caso de los líderes del procés, el Gobierno al menos debería plantearse la situación”.

Es decir, otro argumento de difícil digestión dentro de España, donde Podemos fue el único de los grandes partidos que no respaldó la aplicación del artículo 155, en el infausto otoño de 2017.

Es evidente que el discurso y la composición de este partido han cambiado mucho desde su surgimiento. Entonces, sus argumentos antimonárquicos eran más evidentes. Hoy, su líder afirma que "no descartaría" convocar un referéndum para determinar el método de elección del jefe de Estado. Entre pretender y no descartar hay un matiz importante.

Caricia a Errejón, palo a Sánchez

Uno de los fundadores de este partido fue Íñigo Errejón, quien tuvo un conflicto con Iglesias, se marchó del partido y hoy abandera el proyecto Más País. Con estos antecedentes, quizá era de esperar que su antiguo amigo le lanzara algún derechazo si alguien le tiraba de la lengua. Pablo Motos lo ha hecho, pero Iglesias ha sido sorprendentemente diplomático al respecto: "Nosotros a veces hemos pecado de ser demasiado intensos (…) Si somos cirujanos y hay que operar, hay que hacer un equipo aunque tengamos puntos de vista diferentes".

A quien sí ha lanzado un par de dardos ha sido a Pedro Sánchez, al que ha culpado de esta nueva convocatoria electoral y al que ha cuestionado por recluirse en el Palacio de la Moncloa y evitar sus debates. De hecho, ha sugerido que es muy malo en el cara a cara: "Si un político no sabe debatir… No me jodas".