Tras la visita de Eva González, David Bisbal y Lola Índigo; este martes fue Frank Cuesta el invitado de El Hormiguero. El naturalista volvió al plató cuando aún no se había cumplido un año de la última entrevista que ofreció en el programa presentado por Pablo Motos.

En la visita, y además de recomendar cautela a la familia de Daniel Sancho ahora que empieza el juicio; contó sus dos últimas experiencias cercanas a la muerte, que han tenido lugar este mismo año. En la primera sufrió la fuerte embestida de un ciervo y en la segunda la picadura de una rana venenosa por la que tuvo que ser hospitalizado, aprovechando siempre para divulgar sobre la responsabilidad de tratar con animales.

Lo primero, el ataque perpetrado por el ciervo, ocurrió, además, mientras transmitía en directo desde su canal de Twitch, que acumula más de 400.000 seguidores. Fue en el santuario de animales que dirige en Tailandia donde el animal lo envistió contra una roca.

Tras un intenso forcejeo, Cuesta consiguió liberarse, pero sufriendo heridas. El propio Frank subió a posteriori un vídeo reviviendo la experiencia en su canal de YouTube, que cuenta con más de 3 millones de suscriptores gracias a sus anécdotas diarias.

"Os quería decir que estas cosas pasan, Perrito llevaba varios días bastante nervioso por las "ganas de perder los cuernos". Estoy apaleado, con el susto, es una situación que puede ser de vida o muerte. Os quiero decir que la fauna a veces es así, dura, jodida... tengo suerte de ser grande y fuerte, pero el animal pesa más de 200 kg y me podría haber aplastado. Eso quiere decir que el santuario funciona, porque los animales están asalvajados", advirtió, antes de compartir el vídeo del ataque, compartido hace dos meses.

"Esto es la prueba de que el santuario funciona"

En el vídeo se ve cómo el animal arremete contra el etólogo, que grita al intentar zafarse agarrándole por los cuernos junto a otras aves alteradas ante la escena. Según explicó, el incidente se debió a que cuesta salió del agua por una zona que hizo sentir al animal arrinconado. "La culpa ha sido mía", sentenció.

El incidente acabó con dos costillas rotas, cuatro cornadas, rasponazos, heridas por abrasión al ser arrastrado y varios moratones por todo su cuerpo, destacando uno en su lumbar, a la altura del coxis. Además, matizó que era la quinta vez que se rompía una costilla, algo que le hacía sufrir al "respirar", "al toser" y a hacer prácticamente cualquier movimiento.

Poco después, hace cerca de dos semanas, Cuesta tuvo un nuevo traspiés al sufrir un envenenamiento masivo —que afectó a sus riñones, al bazo y al hígado—. De hecho, le hicieron una "limpieza de sangre" de urgencia en el hospital, según contó el mismo. "Hoy es uno de esos días que os tengo que decir que estoy vivo de milagro. He pasado dos días en el hospital bastante enfermo. Me podía haber muerto perfectamente de una manera silenciosa", comenzó a narrar.

El desencadenante del suceso fue que hizo contacto con unas ranas dardo "que habían nacido en cautividad y no tenían veneno"... o eso creía Cuesta. "No contaba con que allí hay hormigas de fuego, arañas y estas ranas las han comido. Al yo manipularlas para desplazarlas, creyendo que no tenían veneno, sí lo tenían", añadió.

Los síntomas empezaron esa misma noche, con fiebre, algo que empeoró conforme pasaban las horas. "A mediodía caí inconsciente en la cama desde las 12:00 horas hasta las 19:00 horas. Conseguí conducir y entré en un estado de coma muy raro. Toda la noche estuvieron limpiándome y gracias a dios estoy aquí". Nunca había sentido esa sensación", relató sobre algo de lo que arrastra aún "molestias en los riñones".

Además, le hizo reflexionar sobre la responsabilidad que implica su santuario. "Me ha valido para que haya gente conmigo full time que esté en el refugio. Lo creé para dar libertad a animales y no me di cuenta de que ni tengo vida ni hay nadie que pueda seguir con esto si a mí me pasa algo. Es jodido sentirte solo y va a haber cambios en el santuario", anunció.