Es un repaso a 36 años de vida y tres lustros de lucha. Un viaje por la vida féliz, también la que convivió con el miedo gracias a la valentía y el compromiso y por la que pudo haber sido pero ETA se la arrebató. La muestra ‘Gregorio Ordóñez, La vida posible’ ha sido presentada esta mañana en el Palacio de Miramar de San Sebastián coincidiendo con el 25 aniversario del que fue teniente alcalde de la capital vizcaína y contra el que ETA atentó de manera mortal mientras comía en el bar ‘La Cepa’ de Donostia el mediodía del 23 de enero de 1995.

A lo largo de cientos de objetos personales, imágenes, testimonios de vídeo y recuerdos familiares, la exposición que permanecerá hasta el 30 de abril en San Sebastián, antes de que viaje a otras ciudades españolas e incluso a Bruselas, repasa la vida de Ordóñez desde su ámbito familiar y político.

La exposición abarca a lo largo de tres salas algunos de los momentos más duros vividos por Ordóñez en su carrera política con la que a punto estuvo de alcanzar la alcaldía de San Sebastián. Su viuda, Ana Iríbar, ha ejercido hoy de maestra de ceremonias durante el acto de apertura a los medios de comunicación y en la que también ha participado su hermana, Consuelo Ordóñez.

Uno de los objetos que se puede ver en la exposición es la cartera de trabajo de Gregorio, así como otros objetos personales como su teléfono móvil o su cartera y la imagen junto a su hijo que la decoraba. Junto a ella, una bala que le dejaban cada lunes en el buzón del ayuntamiento. Las amenazas pronto comenzaron a ser cotidianas en su vida.

"¿Sabéis quién soy?"

También se pueden ver los carteles electorales de las primeras etapas políticas en las que concurrió al Consistorio de San Sebastián. Iribar ha recordado cómo uno de los primeros llevaba por lema “¿Sabéis quién soy?” y poco después aparecieron con pintadas e insultos.

En la muestra también figuran las cientos de cartas y telegramas que se recibieron en el ayuntamiento y que su viuda recibió de ciudadanos anónimos, de personas vinculadas a la política y que años después asesinaría ETA -como Fernando Múgica- o del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar.

En otro punto de la muestra se describe el clima político y social que se vivía en el País Vasco y en San Sebastián en particular durante los años en los que Ordóñez ejerció la política y en los que los asesinatos se sucedían o las amenazas por el mero hecho de llevar “el lazo azul” eran generalizadas. Iríbar ha subrayado que siempre fue consciente de que su compromiso “en la opción más difícil” era necesario. “Tengo poco cariño a los partidos políticos, son las herramientas menos malas”, asegura Ordóñez en uno de los vídeos. En otro fragmento relata cómo en 1981, con apenas 23 años decidió militar en política “por amor a mi tierra, no me daba la gana de verla con un yugo y doblegada por ETA”.

La exposición, cuyo comisariado ha recaído en María Jiménez, ha buscado “evocar no sólo su vida sino qué hubiera podido pasar si su carrera no se hubiera frustrado”. Es el resultado de un año y medio de trabajo y con el que se ha pretendido exponer “la esencia de Gregorio Ordóñez”. En ella también se exhiben cuadros de Ibarrola, Chillida y Oteiza relacionados con la defensa de los valores por los que luchó Ordóñez.

"Algo hemos hecho mal"

Durante la presentación, Ana Iríbar se ha preguntado “¿Qué hemos hecho mal para que los mensajes de Gregorio sigan teniendo hoy vigencia?”. Ha señalado que sus mensajes apelando a la necesidad de arrinconar a ETA y HB siguen hoy vigentes. Para Iribar, que los herederos de ETA y Herri Batasuna estén aún hoy en las instituciones, “personas con un pasado terrorista” no dignifican la democracia, “sus discursos no tienen cabida”.

Iribar ha recordado que la muestra está especialmente dirigida al público joven para que conozcan el referente que representa Ordóñez y vean en él el joven de 24 años que empezó en política en las circunstancias más complicadas.

La viuda de Ordóñez ha asegurado que el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia se ha ofrecido a ejercer de guía por la exposicion, así como el filósofo Fernando Savater o víctimas de ETA como Cristina Cuesta o su hermana, Consuelo. Una exposición que se quiere abrir a visitas de escolares y universitarios y que tras el 30 de abril viajará hasta Bruselas, a Madrid y otras ciudades.