La crisis de Zadibar afronta su undécimo día y lo hace con la alerta por parte de la Diputación de Vizcaya del riesgo de posibles nuevos desprendimientos de la ladera y con los trabajadores del vertedero aún sepultados y sin haber sido localizados. Los servicios técnicos de la institución han detectado que la inestabilidad en la misma persiste y que pese a que no se han constatado movimientos significativos desde que se produjo el accidente el pasado día 6 la información recabada obliga a reforzar la seguridad. Por ello, se procederá a la instalación de una malla metálica antialudes que junto al muro de protección de 50 metros de largo y seis de alto permita retener un desprendimiento de tierras incluso similar al ocurrido el jueves de hace dos semanas.

Los controles llevados a cabo mediante una veintena de testigos en la ladera, que permiten su monitorización permanente, han confirmado que la estabilización del terreno aún no se ha logrado. La malla que se está construyendo abarca una superficie de 75 metros cuadrados. Para su instalación, previamente se deberán retirar unos 6.000 metros cúbicos de residuos depositados en la cabecera del deslizamiento. Según los cálculos de los técnicos, en caso de un nuevo deslizamiento de materiales la suma del dique de contención y de la pantalla dinámica aportaría una capacidad suficiente para retener 7.700 metros cúbicos de vertidos, dos veces más que la cantidad que cayó a la autopista y la N-634 el 6 de febrero.

Los trabajos llevados a cabo en los últimos días sí han permitido abrir dos canales de acceso al lugar donde se cree que se encuentran los trabajadores sepultados, así como las vías para intentar sofocar los fuegos que persisten desde el momento en el que se produjo el desprendimiento. Hasta ahora sólo se ha logrado apagar uno de los tres incendios. Las tareas se han tenido que hacer empleando arena y la propia tierra del vertedero al no estar aconsejado el empleo de agua por el estado en el que se encuentra el terreno y la existencia de materiales contaminantes en el mismo.

La mala calidad del aire y la recomendación hecha el pasado viernes por las instituciones sanitarias a los vecinos de la zona para no ventilar sus viviendas ni practicar deporte al aire libre, para evitar así la exposición prolongada al aire, han suscitado un profundo rechazo en Zaldibar, Ermua y Éibar. Hoy lo colegios de la zona han abierto sus puertas pero con la precaución de que los niños y niñas no juegue en los patios exteriores de los centros educativos. Los periodos de descanso se están desarrollando en los espacios cerrados y cubiertos de los colegios.

Comparecencia de Urkullu

Durante el fin de semana se han celebrado numerosas marchas de protesta vecinales por el modo en el que se está gestionando esta crisis y por lo que consideran que es una insuficiente información por parte de las instituciones. El pasado viernes el departamento de Salud reconoció que los análisis de las muestras tomadas el pasado domingo, y que no recibió hasta el jueves, habían detectado altos niveles de dioxinas y furanos. La prolongada exposición a estas sustancias puede ser peligrosa, por lo que aún hoy, a la espera de nuevos controles, se mantienen las recomendaciones para evitar la ventilación de las viviendas y el ejercicio en la calle.

Esta mañana un grupo de personas se ha encadenado en los accesos de Eibar hacia Ermua, en la carretera BI3344, ataviados con buzos blancos y mascarillas para denunciar lo ocurrido. El departamento de Seguridad ha informado de la identificación de siete de los participantes en el acto de protesta convocado por las juventudes de la izquierda abertzale, Ernai.

Precisamente mañana el lehendakari Iñigo Urkullu, junto con los consejeros de Medio Ambiente, Seguridad y Trabajo, comparecerá en la Diputación Permanente del Parlamento vasco a petición de EH Bildu. Lo hará para informar sobre el modo en el que el Gobierno vasco ha abordado esta crisis y la gestión de los problemas que acarreaba el vertedero industrial que provocó el grave accidente en Zaldibar. Hasta ahora el Gobierno ha defendido su actuación asegurando que constituyó una mesa de crisis desde el primer minuto y que ha estado volcado con la resolución de este siniestro. Sin embargo, toda la oposición sin excepción ha cuestionado el actuar del Ejecutivo.