Siendo aún una niña, la hija de Niko Gutiérrez Saíz creía tener el padre con más amigos del mundo porque siempre iban acompañados de dos personas a todas partes: a los columpios, a tomar una cerveza, a dar un paseo. “Ahora sabe el porqué”, cuenta a El Independiente Niko, cabeza de lista de Vox en Vizcaya. Eran sus escoltas. Su hija, ahora adolescente, ha crecido según sus palabras “profundamente libre, crítica y no se ciñe a discursos totalitarios porque sabe lo que cuesta conseguir la libertad”. Concejal socialista durante cuatro candidaturas en Ugao-Miraballes, donde entró siendo veinteañero, Niko abandonó el ayuntamiento con amargor en 2007: “Salí, sobre todo, porque estaba incómodo con la estrategia socialista con ETA y el terrorismo: el PSOE se había echado al monte y había elegido a los verdugos por encima de las víctimas”.
En aquellas municipales, el partido socialista perdió uno de sus dos concejales casi históricos en Miraballes, evolución que termina sacándoles de la institución en 2011. En 20 años, el PSE pasó de alrededor del 18% de los votos al 5%; en la actualidad, Miraballes (unos 4.000 habitantes, a unos 20 minutos de Bilbao) se lo reparten EAJ-PNV y Bildu. También es el pueblo que recibió al grito de “fascistas” a los representantes de Ciudadanos que lo visitaron el pasado mes de mayo. Quizá tenga que ver que entre sus vecinos cuenten aún con Josu Ternera, exdirigente de ETA que tiene aún pendiente responder ante la Audiencia Nacional por dos atentados –uno de ellos con seis víctimas menores de edad- y por quien se organizaron dos manifestaciones de apoyo a su liberación en 2019. Su abogado en la causa será Gonzalo Boye, condenado en 1996 a casi 15 años de cárcel –de los que sólo cumplió seis- por el secuestro del empresario Emiliano Revilla a manos también de ETA.
A la vez que aquello, Niko Gutiérrez vivía la experiencia de trabajar en Ermua como coordinador de la alcaldía del socialista Carlos Totorika, uno de los fundadores del Foro en 1998. Accedió al ayuntamiento justo después del asesinato terrorista del concejal popular Miguel Ángel Blanco, por lo que recuerda encontrar “un pueblo roto de dolor, en el foco de una acción atroz”. Dejó Ermua casi a la vez que Miraballes, decidiendo dar un paso a un lado y descansar activamente de política hasta 2012, aunque consagrando una idea sobre aquello por lo que convenía luchar en el País Vasco. Entonces se encontró con UPyD, partido cuya razón de ser quiere separar de cualquier apreciación homónima con Vox: según él, UPyD nació para “demostrar que se podía rebatir el bipartidismo” pero “Vox ha llegado para rematar esa idea: ya somos tercera fuerza de Gobierno”.
Para UPyD trabajó como asesor entre 2012 y 2016. Gorka Maneiro, exportavoz nacional, recuerda su etapa en la formación: “Se incorpora a través de Rosa Díez, a quien conocía por colaborar en Basta Ya. Se llevaba con ella y con (Carlos Martínez) Gorriarán. En verano de 2012 Rosa me llama, me habla de él y va de número dos en la lista por Álava, pero obtenemos sólo un diputado (3,5% de los votos) y él se queda de asesor en Vitoria”. Gorka traza un perfil muy marcado del ahora candidato de Vox: “Siempre destacó por su defensa de las víctimas del terrorismo y la unidad de España. Son los temas en los que siempre ha estado más cómodo y más se ha implicado y quizá sea lo que más tenga en común con Vox. Niko pertenece más a la izquierda clásica de antes de Zapatero”.
Que Niko concurra bajo las siglas de Vox puede chirriar bastante a quienes le conocimos en aquella época
Gorka Maneiro, exportavoz UPyD
Fundamentalmente por eso, Niko es un bastión ideológico en la apuesta de Vox. “No es una persona que se haya caracterizado por compartir el tipo de ideas de Vox”, reconoce Gorka Maneiro, “pero también tenía en alta estima a la Guardia Civil, así que imagina: antiterrorismo, defensa de Guardia Civil, unidad de España… era fácil que no pasara desapercibido en el País Vasco de aquel entonces”. El exportavoz nacional de UPyD va más allá: “Que concurra a unas elecciones bajo las siglas de Vox puede chirriar bastante a quienes le conocieron en aquella época, tanto socialistas como de UPyD”. El mismo Niko concreta, por alusiones, esta observación: “Quien vea contradicciones tiene un problema, porque la idea que tengo sobre lo que es España no se ha movido un ápice en treinta años”.
El incierto caladero de voto vasco
Es esa idea de España en Vox el mayor reclamo para que Niko haya decidido volver a la acción y luchar representación desde Vizcaya (que aportó más de la mitad de los votos a la formación de Santiago Abascal en las pasadas generales en el País Vasco). “De Vox me atrae su proyecto global, es un partido centrado, plural y que ha puesto en el centro la idea de España, algo totalmente normal y superado en cualquier país democrático. Pero aquí decir España te posiciona ideológicamente. Al margen de la evolución personal, el concepto España es lo que más me ha acercado a Vox”.
ETA habría terminado antes si se hubiera dejado trabajar a la Guardia Civil en vez de darles oxígeno negociando
Niko Gutiérrez
Pero Niko Gutiérrez no esconde cuál es, además de España, su particular caballo de batalla político: “Contra ETA supimos luchar, y habría terminado antes si se hubiera dejado trabajar a la Guardia Civil en lugar de darles oxígeno negociando. Nadie calculó que el verdadero problema del País Vasco era el PNV: el nacionalismo tiene como misión borrar el pasado de ETA, por eso habla de conflicto o de bandos cuando aquí no hubo eso. Aquí hubo una banda terrorista y víctimas. El PNV representa la corrupción ideológica sin paliativos y deja fuera a todo el que se atreve a pensar diferente. Es lo peor que hay ahora mismo en el País Vasco”. Pero Gorka Maneiro no interpreta un caladero electoral en sus palabras: “La gente que pueda votarle a él será gente sensibilizada con esos temas: a él se le conoce sobre todo por su relación con víctimas del terrorismo, pero en estos momentos en el País Vasco todo lo que tenga que ver con PP, Ciudadanos o Vox no llama mucho la atención”.
Socio de COVITE, Niko Gutiérrez aportó a UPyD, según palabras de Gorka, “sobre todo sus dotes sociales. Es una persona con una gran capacidad para relacionarse con la gente, no le gusta estar encerrado en un despacho. Nos ayudó a darnos a conocer y captar afiliados, sobre todo en Álava”. Cuestionado por sus opciones electorales en el País Vasco, Gorka no lo tiene tan claro como quieren en Vox: “Están como nosotros en su día, entre cero y ningún escaño. No creo que mueva a los jóvenes, pero puede arrastrar voto nostálgico, sobre todo tras el movimiento del PP con Carlos Iturgaiz”. Ni siquiera su postura antiterrorista podría valerle garantías: “Defender la vida y recordar a las víctimas sigue siendo necesario por una cuestión ética y política, pero no va a mover muchos votos aquí porque la gente ya está a otras cosas. Aborrecen todo tipo de terrorismo pero empleo o vivienda importan más”.
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