Este no será un verano más. Ni por la afluencia de turistas, ni por la oferta de hostelería... ni por los metros de playa. No al menos en uno de los arenales más concurridos del Cantábrico: la playa de La Concha en Donostia. El ayuntamiento de la capital guipuzcoana trabaja ya la apertura de la campaña de verano y en ella la aplicación de las medidas de protección ante el coronavirus está obligando a adoptar decisiones insospechadas. Una de ellas es la de cerrar la playa con marea alta. La bahía de La Concha concentra durante los meses estivales a la mayor parte de los visitantes que abarrotan San Sebastián los meses de julio y agosto y que ven cómo cuando la pleamar se 'come' gran parte de la playa, toallas, visitantes y logística playera se amontona en el estrecho margen que queda a salvo de las olas.

El alcalde de la ciudad, Eneko Goia, ha asegurado hoy que están barajando seriamente el cierre de la playa de La Concha a partir del aumento de la pleamar para evitar que no se pueda cumplir las condiciones de distancia física que exige la lucha contra el Covid-19.

Por el momento, la propuesta que gana adeptos es retrasar el inicio de la temporada de verano a finales de junio, en lugar del día uno del próximo mes cuando tradicionalmente da comienzo. Además de limitar el horario de uso de los arenales, de acuerdo a las mareas, el Consistorio analiza la posibilidad de suprimir toldos y sombrillas fijas, como las que históricamente se instalan en La Concha, con el fin de ganar espacio y evitar puntos de concentración de personas.

El alcalde Eneko Goia, entrevistado en el programa 'Faktoria' de Euskadi Irratia, ha asegurado que incluso se está estudiando no habilitar servicios ni instalaciones deportivas en las playas para evitar que se puedan convertir en puntos de riesgo de contagio. Rechaza que se pueda plantear una parcelacion de espacios en las playas y apela a la resposanbilidad de la ciudadanía para actuar guardando las medidas de seguridad e higiene.

Festival de Cine

El plan del consistorio de cara al verano también aborda la demanda de los hosteleros, uno de los puntos de mayor generación económica de la ciudad, para ponerse en marcha al mismo tiempo que cumplen con las limitaciones de aforo y exigencias de distancias a las que está obligados. Goia ha señalado que pese a las quejas de algunos colectivos vecinales, se estudiará caso por caso la posibilidad de autorizar ampliaciones de terrazas en aras a contribuir a la reactivación de la economía y ser solidarios con el sector. Sí ha apuntado que no se hará en aquellos lugares, como la parte vieja de la ciudad, en la que suponga un conflicto de espacios y pueda limitar la libre circulación de los peatones.

Además de las medidas dirigidas a la asistencia a las playas y la hosteleria, el plan de actuaciones también aborda la celebración de los grandes eventos culturales de San Sebastián durante el verano, en particular el Festival Internacional de Cine, el Jazzaldia y la Quincena Musical.

En todos ellos el escenario que se dibuja pasa por limitar aforos al 50%. Goia ha señalado que en el caso del festival internacional de Jazz se limitará el número de conciertos, así como el número de integrantes de los grupos que actuarán. Además, da por casi descartado que se puedan reeditar los conciertos que se llevan a cabo en la playa. En el caso del festival de Cine recuerda que aún hay cierto margen pero que también se tendrá que adecuar, tanto en sus espacios como en los aforos en los que se lleve a cabo la muestra.