El conseller de Interior de la Generalitat, Miqel Buch, ha anunciado que una cincuentena de agentes de los Mossos d'Esquadra han sido investigados por 34 actuaciones durante el transcurso del "otoño caliente catalán". Especialmente, durante la semana posterior a la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del 1-O, cuando se produjeron las protestas más violentas en Barcelona.

Buch ha dado estos datos en la presentación de una auditoría interna del cuerpo para mejorar las medidas de actuación en materia de orden público, en la que el Cuerpo reconoce que los sucesos de este otoño han demostrado que los Mossos tienen "un modelo vulnerable" de orden público. Una presentación en la que han participado mandos de los mossos, sindicatos policiales, entidades de derechos humanos y el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, habitualmente muy crítico con las actuaciones policiales.

A lo largo de los cinco meses que duró la auditoría interna -que finalizó en marzo pero no se ha presentado hasta ahora por la crisis del coronavirus- se han investigado un total de 34 actuaciones de los Mossos, que afectan a unos 50 agentes, que intervinieron en alguna de las 877 protestas que hubo entre el 14 y el 27 de octubre del pasado año, de las que un 20 % se saldaron con incidentes.

Procesos judiciales

El director general de los Mossos, Pere Ferrer, ha explicado además que de las 34 acciones investigadas, la mitad han sido judicializadas por los denunciantes, y que nueve de las investigaciones internas corresponden a denuncias de entidades de defensa de los derechos y libertades como el Colectivo Iridia, Amnistía Internacional y SOS Racismo, presentes en la presentación de la auditoria interna del cuerpo.

Las 17 restantes siguen un proceso interno por parte de los Mossos d'Esquadra para depurar responsabilidades administrativas si se confirma que hubo mala praxis policial.

Ferrer ha señalado además, como ha destacado después el comisario jefe, Eduard Sallent, que los disturbios de octubre de 2019 fueron excepcionalmente violentos. "Se constataron acciones concretas de grupos violentos que denotaban organización y firme voluntad de enfrentamiento directo con los mossos" ha recordado Ferrer.

Dispositivo defensivo

Sallent ha destacado, además, que durante esos días críticos, "mayoritariamente, nuestro dispositivo fue pasivo y defensivo" en un contexto en el que la policía autonómica era muy consciente de la tensión social acumulada. Desde el lunes 15 hasta prácticamente el viernes "nuestras posiciones fueron siempre estáticas" ha recordado el jefe de los Mossos.

Saellent ha asegurado que "excepto el jueves" de esa semana crítica, no se produjo movimiento de mossos. "Nosotros defendíamos una posición a la que entendíamos que no podíamos permitir que llegaran los manifetantes con medios de elevada violencia" ha argumentado refiriéndose a los enfrentamientos con manifestantes en el Aeropuerto de Barcelona, la Delegación del Gobierno, la sede del Departamento de Interior y Vía Layetana.