Un batacazo electoral, un proyecto alternativo pendiente de articular, varias contiendas internas, dos corrientes en plena reconciliación y varios socios ni del todo cómodos ni tampoco incómodos. Se cumplen dos años del congreso del PP en el que un joven candidato, identificado con la que comúnmente se conoce como corriente aznarista, se impuso nada menos que a la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, después incluso de haber perdido contra ella en las primarias del partido, celebradas sólo unas semanas antes.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí