Un total de 176 agresiones a trabajadores de centros penitenciarios se registraron el año pasado, 47 menos que en 2019, según datos de Instituciones Penitenciarias a los que ha tenido acceso Efe. Del total, 123 provocaron lesiones leves, dos graves y las otras 51 no tuvieron consecuencias lesivas.

Esta cifra supone un notable descenso en el número de agresiones a personal penitenciario, ya que tanto en 2019 como en 2018 se contabilizaron 223 incidentes anuales. Las restricciones relacionadas con la pandemia minimizaron el contacto entre presos y trabajadores, un hecho que motivó en parte esta caída.

Además, Prisiones registró en 2020 un ratio de 4,1 agresiones por cada mil reclusos -en diciembre del año pasado la cifra de presos en las cárceles españolas era de 42.979-.

En la última década se ha reflejado una clara tendencia a la baja en el número de agresiones a personal penitenciario. En 2010 fueron 475 los incidentes contabilizados, mientras que cinco años más tarde la cifra había descendido hasta los 341.

CCOO denuncia que las agresiones se mantienen a pesar del Covid

No obstante, el sindicato Comisiones Obreras ha denunciado este martes en un comunicado que las agresiones en las cárceles "se han cronificado de forma estructural y constante" por las políticas de Prisiones y el Ministerio del Interior.

"No es aceptable que, después de más de 20 años en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y miles de agresiones físicas al personal de prisiones, los gestores penitenciarios desconozcan cuáles son las causas de las agresiones, por no haber efectuado estudio alguno sobre ello".

Tampoco es aceptable que no exista ninguna medida preventiva eficaz, que no se cuente con la protección necesaria, y que no exista un apoyo psicológico, a las víctimas de las agresiones.

Así, apuntan que el protocolo PEAFA -trámite por el que el personal penitenciario registra algunas de las agresiones- es "completamente ineficaz".