La tercera temporada de True Detective indaga la desaparición de dos niños a lo largo de tres décadas de la historia de Estados Unidos. La serie vuelve a sus orígenes: los inmensos espacio del interior americano, dejando al lado la sofisticada costa oeste californiana que había protagonizado la segunda entrega.

Wayne Hays es un detective de la policía de Arkansas. Junto a su compañero Roland West, se ve involucrado en la investigación de un macabro crimen desencadenado por la desaparición de dos niños en plena región de los Ozarks, en el Medio Oeste americano. Un misterio que cala en la vida personal de ambos agentes y se prolonga a lo largo de treinta años.

Fiel a su pasado, esta tercera temporada de True Detective llega a las pantallas completamente renovada. Se trata de una historia distinta, creada por Nic Pizzolatto con nuevos personajes. La narración se desarrolla en tres períodos de tiempo distintos, con el personaje de Wayne Hays como eje principal. El entramado entre diferentes tiempos le permite jugar con los personajes: quiénes son en realidad frente a lo que piensan que son (e hicieron). Ofrece al espectador un puzzle en el que ir componiendo al personaje.

La temporada cuenta con una nueva dupla de detectives, Wayne Hays y Roland West: Mahershala Ali (ganador de un Oscar a mejor actor de reparto por su papel en ‘Moonlight’, también estuvo en ‘Figuras ocultas’ y series como ‘Luke Cage’ y ‘House of Cards’) es Wayne Hays; Stephen Dorff (‘Blade’, ‘World Trade Center’) es Roland West, policía del estado de Arkansas.

El contrapunto femenino lo pone Carmen Ejogo (‘Selma’) en el papel de Amelia Reardon, una profesora de un colegio de Arkansas que guarda relación con los dos niños desaparecidos y que entabla una amistad especial con Hays.