La bailaora Sara Baras fue la primera invitada semanal de El Hormiguero y aprovechó para presentar la segunda temporada de su espectáculo Alma, en el EDP Gran Vía de Madrid, dedicado a su difunto padre. Por ello, a la gaditana le fue inevitable hablar con Pablo Motos sobre la pérdida y la muerte.

Conmovida, la artista explicó que su padre no se encontraba bien y que, antes de morir, le hizo prometer que trabajaría sobre un escenario incluso el día en que se marchara de este mundo: "Es una de las grandes lecciones que me ha dado la vida", recordó la artista.

Además, Sara le confesó a Pablo que algunas cosas en común con él y que por eso le guardaba tanta admiración: "Yo te vi aquí en un día tan duro como es el la pérdida de un ser querido, trabajando, y mi padre me hizo prometer que yo estaría trabajando también", contó, emocionada.

Para Sara, bailar el día que murió su padre fue uno de los momentos más duros de su vida: "Ha sido lo más dificil que he hecho, pero ha sido la lección que más me ha enseñado, lo hice por él", recordó. Como homenaje a él, el espectáculo Alma está repleto de boleros, algo que hace que, al representar el espectáculo, todo le hace pensar en él.

"Recuerdo que llegué al teatro y pedí que nadie me dijera nada, que no me abrazaran, porque era muy duro", añadió. A pesar de lo duro que fue, Sara se alegraba de haberlo hecho. Por su parte, Pablo apuntó que, cuando se muere una madre o un padre, el dolor viene por un sitio que no ha venido nunca.

"El dolor te tumba en una décima de segundo y viene por un sitio que no ha venido nunca", comentó el presentador recordando el dolor que sintió el día que fallecieron sus padres.

Superado el emotivo momento, la bailaora, que puede presumir de ser una de las españolas con más éxito internacional, recordó cómo se sintió tras una actuación muy especial en la que llenó el Ópera House de Sídney. "Es una cosa bestial. El equipo y yo volvimos súper emocionados", compartió la andaluza.

Se trata de la culminación de una carrera que comenzó cuando la invitada tenía tan solo 8 años. Entonces, Baras comenzó a recibir clases de este estilo de baile en la academia de su madre, Concha Baras, en San Fernando, Cádiz. Su trayectoria comenzó en ese instante y, a partir de allí, no se ha alejado nunca de este camino de los tablaos flamencos.

Además, debido al amor de esta gaditana por el baile, fundó en el año 1997 su propia compañía siguiendo los pasos de su madre Concha Baras. Su amplio recorrido ha sido muy reconocido y a su paso ha recibido numerosos premios, como el Premio Nacional de Danza en el año 2003. Además, en el 2020 obtuvo la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.