Ilustraba la serie Succession sobre lo difíciles que son las herencias en las empresas con un patriarca, bien por la impericia de los hijos o bien por el cesarismo del padre. Ocurre algo parecido en el PSOE y eso no es nuevo. Diríase que hay cierta inquina entre sus líderes históricos y los nuevos que generalmente fluye bajo tierra, soterrada. A veces aflora, pero de forma más o menos contenida. O disimulada. Eso no ha pasado este jueves en El Hormiguero, donde Felipe González se ha despachado con saña contra los dirigentes de su partido.

Tenía a priori cierto morbo la visita de González al plató de Pablo Motos, convertido en uno de los enemigos mediáticos de Pedro Sánchez y en uno de los miembros más 'indeseables' de la fachosfera, donde el PSOE encuadra a los periodistas que enfangan o que no convienen. Por eso era de prever que el expresidente del Gobierno podía dejar alguna frase para el recuerdo. Ciertamente, ninguna será inmortal, pero unas cuantas las ha lanzado con el borde afilado.

González se ha mostrado especialmente crítico con José Luis Rodríguez Zapatero, quien "ayuda" estos días a Pedro Sánchez, pero cuyo método no ha dado resultado ni en Galicia ni en País Vasco. "Zapatero ha hecho un gran esfuerzo en las elecciones gallegas y eso les ha conducido a que gane el BNG y nos hayamos quedado a una distancia sideral de ser alternativa", ha ironizado González.

El exmandatario se ha mostrado crítico con la estrategia del PSOE, que le ha llevado a diluirse en varias comunidades autónomas muy relevantes y a dejar de ser una alternativa de Gobierno para convertirse en muleta de los partidos nacionalistas. "¿No será que no vamos a ganar nunca más por mayoría?", ha alertado.

"El partido lo reconstruí yo y conseguí la primera mayoría absoluta en 140 años. Después vino otra... y otra (...). Perdí las elecciones por 1 punto y a lo mejor las hubiera ganado si la campaña hubiera durado una semana más. Tenía entonces 54 años y me fui. Dejé a otros. Ésa es la edad del dirigente actual. Bueno, no de Zapatero, que es más mayor", ha criticado.

La cuestión catalana

Después de varios meses en los que los intereses del PSC han estado supeditados a la formación del Gobierno en Madrid y a la negociación de la amnistía, González -tomo en mano- ha apelado a cumplir la Constitución y ha solicitado a los líderes de Ferraz que apoyen a Salvador Illa y no le perjudiquen con negociaciones con Carles Puigdemont o con ERC. "Illa es alternativa de Gobierno (...). Se preocupa de los problemas reales de la gente, no de la fantasía", ha añadido.

Para no perder el tono no mostrarse como un púgil débil, en este tema también la ha emprendido contra Zapatero. "A lo mejor de lo que digo ahora se entera hasta Zapatero, ¿eh?; que veo que a veces le cuesta trabajo. Es buen muchacho, pero cuando dejó el Gobierno, ganó con mayoría absoluta el PP. No se quedó, sino que abandonó a (Alfredo Pérez) Rubalcaba. La peor época del PSC es la herencia de Zapatero, que ahora (dice) está salvando al PSC y a todos los demás. No sé de qué nos va a salvar porque fue una herencia terrorífica", ha incidido.

Ataques personales y familiares

Durante la entrevista -con un motos escuchante y podría decirse que hasta sorprendido por la verborrea de su interlocutor-, González también se ha referido a Sánchez y ha lamentado la estrategia que desplegó tras publicar su famosa carta a la ciudadanía. "Si tenía que pensar, que pensara", pero no entiendo la necesidad de hacerlo público, ha venido a decir, mientras sugería que él tenía clara la decisión que iba a adoptar.

González, implícitamente, también se ha mostrado crítico con la guerra que ha iniciado Sánchez contra la prensa hostil y ha recordado que él recibió múltiples ataques tanto de los periódicos como de la oposición ("Váyase, señor González"). "¿Ataques familiares? "El día que mi hijo hizo las pruebas de la EBAU, le siguieron 50 cámaras", ha recordado.

¿Presiones a la prensa? Según el expresidente del Gobierno, él sufrió una fuerte campaña, pero tan sólo llamó una vez a un director de periódico. "Fue a Juan Luis Cebrián", ha confesado.

Rechaza la crisis con Argentina

Tampoco se ha mostrado de acuerdo durante la conversación sobre la crisis abierta con Argentina y ha calificado como improcedente la actitud de los dos presidentes. "Hay todo el oportunismo que se pueda acumular en el mundo", ha afirmado, con respecto a su actitud.

Y ha añadido: "Tenemos decenas de miles de españoles en Argentina; y tenemos aquí a centenares de miles de argentinos. En Cataluña debe haber 60 o 70.000. Necesitamos embajador. Yo eso no lo hubiera hecho".