La periodista Pepa Bueno (Badajoz, 1963) presentará y dirigirá el Telediario 2 a partir del 1 septiembre. Es el relevo de Marta Carazo, que asumirá la jefatura de la Secretaría de la reina Letizia. No será la única novedad, pues RTVE ha modificado de arriba abajo su cartel. La única que mantiene el cargo es Alejandra Herranz, presentadora del Telediario 1 desde hace 4 años tras el paso atrás de Ana Blanco. Marc Sala y Lourdes Maldonado se harán cargo de la edición del fin de semana. El Independiente habló con Pepa Bueno el día en que la Corporación presentó a los presentadores del Telediario del próximo curso.

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Pregunta.- Se barruntaba uno que a lo mejor ibas a ser el fichaje estrella de RTVE. Se rumoreaba que RNE o TVE. ¿Cuán de ciertos eran los rumores? ¿Cómo llegó la oferta?

Respuesta.- Era fácil, ¿no? Esta ha sido mi casa; veintidós años en TVE, cuatro más en RNE. Veintiséis. Entraba dentro de cierta lógica, ¿no?

R.- Entiendo que madrugar no te apetecía después de tantos años haciendo Hoy por hoy.

P.- ¿Por qué?

R.- Me refiero a Las mañanas de RNE.

P.- ¡Ah! Bueno… Hoy por hoy, Los desayunos de TVE. Yo he estado muchos años levantándome; el Hoy por hoy a las 3.00 y Los desayunos a las 03.45 horas. Era una disciplina de vida. Para un periodista es una sensación muy poderosa. Está toda la ciudad dormida y llegas a la redacción. Procuraba no perder esa sensación con el paso de los días. Está todo el mundo durmiendo y tú estás cocinando el relato informativo con el que van a encarar el día. Eso me llenaba de responsabilidad. […] En fin, que yo ya he madrugado muchos años.

P.- Ya no querías.

R.- Pero es que no he llegado a planteármelo.

P.- ¿Cómo afrontas la responsabilidad de ser quien cierra el día?

R.- Es parecida pero justo la contraria; la de elaborar un relato informativo con el que los espectadores que te eligen van a irse a la cama. Qué país y mundo habitan. Conviene no olvidar nunca esa responsabilidad, tanto en la selección como en la jerarquía informativa.

Se puede contar la actualidad sin poner al espectador al borde del precipicio

Pepa Bueno

P.- ¿Cuál es tu idea para el Telediario 2?

R.- Estamos tan abrumados, incluso los propios periodistas, de acontecimientos y noticias que ahora la tarea fundamental es la selección. ¿Qué va a impactar en la vida de las personas? ¿Qué va a impactar en la calidad de la democracia que habitamos? Según datos del Instituto Reuters en 2022, el 39% de los ciudadanos huyen de los informativos y de la actualidad. Estamos abrumados, no sólo por la cantidad, sino por la sucesión de tensiones. Un informativo televisivo tiene tensión; es una de sus características. Sí creo que se puede contar la actualidad sin poner al espectador al borde del precipicio, ¿no? Sobre todo a las nueve de la noche.

P.- ¿Crees en el informativo de autor o autora? Hay múltiples maneras de poner uno su sello o autoridad.

R.- Estamos en la radio televisión pública, que tiene un mandato muy claro y determinado que yo conozco muy bien porque he estado aquí. He estado aquí 26 años. Sé a lo que vengo y cuál es el mandato de esta casa, pero claro que es posible hacer un informativo de autor porque tiene que ver con tu personalidad en la selección, la manera de exponer, el contexto y los detalles informativos. Todo esto es pura información. ¿Qué es que sea de autor? ¿Que editorialice formalmente el conductor? El mandato marco de esta casa es claro.

Cuando hice el Telediario me decían que hiciera un informativo de autor

P.- No cabe la opinión.

R.- No cabe la opinión y si la hay tiene que estar radicalmente diferenciada. Claro que puede haber opinión en un informativo invitando a personas, pero claramente separado, ¿no? Cuando hice el Telediario en la otra ocasión me decían: ‘Haz un informativo de autor’. Yo hacía un Telediario. Inevitablemente tu personalidad está ahí. ¿Por qué? Por tu manera de mirar la realidad, de seleccionar los asuntos, de explicarlo.

P.- ¿Cómo se diferenciará el Telediario 2 de la competencia?

R.- Me han preguntado muchas veces qué prefiero: la radio, la televisión, la prensa escrita. Yo lo que hago en cada momento me parece lo más importante del mundo. Yo estoy mal dotada para la nostalgia. Lo que me gusta es contar la información. Cuando diriges un periódico, ves la tele en diagonal. La tienes de fondo. El informativo de Marta [Carazo] nos pillaba casi al cierre. Veo todos los informativos españoles y del resto de Europa y del mundo. Soy una privilegiada. Vengo a dirigir y presentar un Telediario que es un bombón profesional.

P.- ¿Qué respondes a aquellos que creen que hay una intencionalidad en este trasvase de Prisa a RTVE en tu elección como presentadora del Telediario 2?

R.- Mira, una ventaja de nuestro trabajo es que es público. No trabajamos detrás de una cosa. El Telediario que yo haga a partir del 1 de septiembre lo vas a ver tú, los que dicen eso y los que opinan lo contrario. Yo, en el caso de los periodistas, siempre remito a aquello que escriben, publican, dicen y locutan porque nuestro trabajo es público y eso es por lo que se nos debe medir. ¿Qué vas a hacer en los apriorismos de la gente? La gente tiene derecho a hacerse la composición de lugar que quiera. Ahí no puedo entrar. Mi trabajo es público. Es una enorme ventaja que tu trabajo sea público porque tú pides que juzguen tu trabajo.

P.- Condicionantes y presiones ha habido, hay y habrá. Tanto en una empresa privada como puede ser un periódico como en una televisión pública.

R.- Claro, pero eso es consustancial a nuestro trabajo, ¿no? La tensión entre la prensa y todos los poderes, los obvios y los no obvios. Naturalmente, los poderes quieren salir muy bien en los medios de comunicación y nosotros no nos dedicamos a agradar. Hubiéramos hecho protocolo. Unas veces salen bien y otras veces salen mal. Los periodistas tenemos entrenado ese músculo: gestionar esa tensión. Es más complejo gestionar el llevarle la contraria a veces a aquellos que te eligen para informarse y a sus creencias. Ese músculo lo tenemos menos entrenado. Gestionar esa presión es más nuevo y más difícil. Todos sabemos cómo conseguir el aplauso fácil y huir de un acoso terrible. El director o la editora tiene que asumir su parte de presión y no trasladarla al siguiente escalón para que quien está mirando los hechos trabaje con la mayor libertad posible. Yo en eso creo profundamente

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