Detrás de Animal, serie española de Netflix que la plataforma estrena hoy viernes 3 de octubre, están los productores ejecutivos Aitor Gabilondo y Jota Aceytuno. Ambos desarrollaron para Telecinco Entrevías, Madres y Vivir sin permiso, títulos comerciales que muchos vieron en directo, una noche a la semana, y aún más en diferido, a la carta, ya fuera en Netflix o en Prime Video. Gabilondo, productor también de ficciones más arriesgadas como Yo, adicto (Disney+) y Patria (HBO), tiene olfato, sabe con quién colaborar, y todos sus proyectos, bajo el paraguas de la productora Alea, hablan del aquí y el ahora. De nosotros, nuestras ideologías y nuestros problemas. De la familia y de la enfermedad. Hasta grabó para Disney y Mediaset una comedia romántica –Besos al aire– que transcurría durante la primera ola del covid.
Entrevías, por poner el ejemplo más reciente y exitoso, ubicó su melodrama en un barrio madrileño de clase trabajadora, y abordó la inmigración y la corrupción –policial, urbanística– a través de un protagonista patriota, machista y xenófobo que, sin embargo, debe hacerse cargo de su nieta vietnamita. La tensión estaba servida. El Tirso de Jose Coronado, a pesar del resto de personajes, era un héroe, y los malos, aquellos que violaban a menores, vendían droga y especulaban con la vivienda. Entrevías, a fin de cuentas, era un drama familiar. Al volver la esquina, Netflix, Aitor Gabilondo y Daniel Calparsoro estrenarán la serie Salvador, sobre un padre (Luis Tosar) y su hija neonazi (Claudia Salas). Pero no adelantemos acontecimientos.
Netflix estrena hoy esta comedia española de 9 episodios de media hora cada uno
En Animal, comedia de 9 episodios creada por Víctor García León (guionista de la sátira política Vota Juan y sus secuelas) y protagonizada por Luis Zahera (Vivir sin permiso, Entrevías), el enemigo es el sistema. Hay también corruptelas por ahí. Sorprende que Netflix, tan poco dada últimamente a premisas que hieran la sensibilidad, estrene una serie crítica con el capitalismo cuqui. Zahera, en todo su esplendor, se desmarca de sus villanos con encanto e interpreta a un pobre hombre, un veterinario de pueblo, parco en palabras, que tan sólo quiere hacer bien su trabajo. Lo suyo son las vacas, las ovejas, los caballos.
Luis Zahera es un veterinario gruñón en 'Animal'
No es Antón, el titular de Animal, un señor agradable, pues no oculta su mal humor ni se anda por las ramas. En cierto modo, Zahera es nuestro doctor House y en cada entrega debe resolver un intríngulis. ¡No es Lupus! La comparación más fácil es con Doctor Mateo. Ambientada –y rodada íntegramente– en Galicia, Animal es una historia clásica: el pez fuera del agua. Antón, veterinario de la zona desde hace décadas, se ve en la tesitura de aceptar un trabajo en una franquicia, ubicada en un polígono industrial, donde los empleados deben competir por ser los que más venden y mejor valorados por la clientela. Su jefa es su sobrina, Uxía (Lucía Caraballo, una de nuestras mejores actrices jóvenes), que trabaja mucho y cobra poco. Caraballo ya hizo una dupla sensacional con Juan Diego Botto en la comedia No me gusta conducir.
Antón no sólo debe poner buena cara a sus extravagantes clientes, que traen a sus mascotas entre algodones, sino aguantar que un veterinario más joven y más barato (Darío Loureiro, el detective macarra de Rapa) le sustituya en su anterior empleo. Hay una tensión e incomprensión entre generaciones. Antón mira con desdén a los jóvenes, absortos en las pantallas, y cree que la ansiedad es una moda... hasta que él la sufre en sus propias carnes.
El acento gallego
Por poner una pega a Animal, una serie de plataforma –cada entrega no llega a la media hora– que en otros tiempos arrasaría en Antena 3 o Tele5, se antoja caprichosa la elección de dos actrices madrileñas –Lucía Caraballo y Carmen Ruiz, que en Madres lloraba a mares– para hacer de gallegas con acento. Sobre todo, porque casi todo el elenco es autóctono. Si vieron Fariña o Rapa, reconocerán a Lucía Veiga o Antonio Durán 'Morris'. Sí, Kate Winslet tenía un acento indescifrable en Mare of Easttown, pero aquí roza la caricatura. Seremos benevolentes, pues Animal gustará a crítica y público; de hecho, es la mejor serie de Netflix España este año. Lo tenía muy fácil tras Dos tumbas y El refugio atómico. De la cosecha de 2025, sólo Superestar y Manual para señoritas aprueban.
Los ingleses, si el algoritmo les lleva a Animal, la descubrirán con el título Old dog new tricks, o sea, perro viejo no aprende truco nuevo. Qué bien le hubiera sentado, en español, el signo de exclamación: ¡Animal! Hubiera sido un buen homenaje a José Mota. En fin, el misterio, el conflicto de toda la temporada, es si Antón podrá adaptarse a los nuevos tiempos como veterinario y como hombre. Renovarse o morir.
Te puede interesar
Lo más visto
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado