Los últimos días de diciembre incrementarán seguramente el dato de audiencia mensual de La 1, dado que la tradición manda y todavía es habitual elegir a la televisión pública para ver el sorteo de la Lotería de Navidad, el discurso del Rey, las campanadas de Fin de Año y otros momentos que ayudan a engordar el dato de audiencia. Sin embargo, en el día previo al inicio de estos acontecimientos, la media mensual de este canal era del 9,1%. Es decir, 1,5 menor que la de Antena 3 y 7,2 menos que de Telecinco.

Hubo un día en el que la televisión pública tuvo el monopolio en este país. Hasta hace unos años, también era capaz de competir con las cadenas privadas, que fueron las que abrieron este mercado. Sin embargo, actualmente está más cerca de FDF (6,4 puntos de ventaja) que de Telecinco, que lidera la TDT. De hecho, La 2 está más cerca de La 1 (6,4 puntos también) que La 1 de la cadena más vista.

El pasado viernes, antes de que se iniciara la programación navideña, el Grupo RTVE firmaba una audiencia del 14,9%. Es decir, sus cinco canales lograban una cuota de pantalla inferior a la de Telecinco, que era del 16,3%.

El domingo, La 1 cerraba como el canal líder de audiencia de la jornada después de emitir el sorteo de la Lotería de Navidad (36,2%) y de poner toda la carne en el asador en horario de máxima audiencia al ofrecer Campeones, la película de Javier Fesser, con la que logró una cuota de pantalla del 25,6%. Fue un día espectacular en el que la televisión pública acaparó la lista de las cinco emisiones más vistas del día.

Esto situó su audiencia media mensual en el 9,6%, es decir, 0,5% más que unos días antes. Salvo que la última semana de diciembre se produzca una gran remontada de La 1, el año 2019 será el único año en el que no rebasará en ninguno de los meses la barrera psicológica del 10% de audiencia. La media anual, con los datos actuales, será del 9,3%. La peor de la historia.

Malos tiempos

Este año también será recordado como el que La 1 marcó su peor registro al final de un mes. Ocurrió en julio, cuando cosechó el 8,6% de la cuota de pantalla. En junio, su audiencia media fue del 8,7%. En agosto, también. El pico lo alcanzó en enero y noviembre, con el 9,8% del share. Es posible que en diciembre se mejore ese registro si funciona la programación navideña, aunque resultaría casi inverosímil que La 1 sobrepase a Antena 3.

Es evidente que la televisión pública -al igual que ocurrió con la práctica totalidad de las autonómicas- quedó herida cuando, a principios de la actual década, su presupuesto sufrió un recorte importante como consecuencia de las medidas contra el déficit que se tomaron, motivadas por la crisis económica. Eso provocó que su capacidad de gasto descendiera desde los 1.200 millones de euros anuales hasta menos de 950.

Sin embargo, en los últimos años esta cantidad ha aumentado hasta el entorno de los 1.000 millones. También lo ha hecho el gasto en la parrilla de programación. Según los datos que obtuvo este periódico a través del Portal de Transparencia, la corporación rubricó en 2018 un total de 181,1 millones de euros en productoras, una cantidad mucho mayor que en 2012, 2013 y 2014, en lo más profundo de la crisis, cuando invirtió 65,7, 60,5 y 76,9 millones. De hecho, entre enero y septiembre destinó 104 millones de euros. Es decir, más que en esos ejercicios.

La audiencia no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado y la del grupo, que el año pasado fue del 16,1%, este año rondará el 15%. Todo, en un contexto en el que, en teoría, sus directivos no tienen todo el margen de maniobra posible, dado que la televisión se encuentra en un momento de transición que se ha alargado más de lo previsto, con Rosa María Mateo como administradora única provisional.

Los terceros informativos

Sus informativos -uno de los puntales de su programación y de su servicio público- son actualmente terceros en la TDT, con el 12,6% de la cuota de pantalla y 1.771.000 espectadores de media; muy lejos de Telecinco (15,5% y 2.138.000) y Antena 3 (14,7% y 2.007.000).

En la edición de mediodía, de lunes a viernes, el noticiario de Ana Blanco está más cerca del de La Sexta -Helena Resano- que del de Sandra Golpe, en Antena 3. La distancia con el citado en primer lugar es de 60.000 espectadores. Con el segundo, de 310.000.

Los objetivos que debe cumplir RTVE vienen determinados por el Mandato Marco. Es decir, por la norma que aprueba el Parlamento y que tiene una vigencia de 9 años. La actual caducó el 31 de diciembre de 2016 y todavía no se ha renovado, ante la falta de acuerdo político.

Tampoco está claro no cuándo ni cómo se elegirá al próximo presidente. La pasada semana, el Comité de Expertos que dirigió el concurso público convocado en 2018 para tal fin reclamó a los congresistas que aceleraran el desenlace de este procedimiento. Sin embargo, los mensajes que se han trasladado desde Ferraz en las últimas semanas han sido confusos.

Pedro Sánchez aseguró en un off the record en RTVE el pasado julio que el concurso había sido un desastre y que buscaría un candidato de consenso. Sin embargo, fuentes del Grupo Socialista inciden en que lo normal sería intentar concluir este procedimiento y elegir al próximo presidente de la lista de 20 candidatos, elaborada hace casi un año.

Mientras se produce el desenlace de este asunto, RTVE mantiene su crisis. Con una audiencia a la baja, con una administración provisional y con unos gastos fijos -más de 400 millones anuales en personal- que reducen hasta el extremo su margen de maniobra.