Con 40 años de trayectoria periodística a sus espaldas, la brújula de Onda Cero en mano y una cuenta de Twitter incendiaria, Juan Ramón Lucas pisa charcos mediáticos y baila con la actualidad de forma rutinaria. En una entrevista para El independiente ha confesado que se siente republicano por convicción política y rechazado que a la Monarquía le quede poco tiempo en España, lugar donde echa en falta un Gobierno que tome decisiones drásticas. Aunque para esas está "el misterio" Ayuso a quien percibe "honesta pero no admirable".

Pregunta.- Lo primero, ¿a qué hace referencia ese lazo naranja de su chaqueta?

Respuesta.- El lazo, que he visto que se ha popularizado con el tema de la campaña contra la Ley Celáa, en este caso es el logo de la fundación de la que soy secretario general. La Fundación Sandra Ibarra de solidaridad frente al cáncer. Es un lazo naranja convertido en corazón en la parte superior. El color naranja interpretamos que es el color de la positividad y en forma de corazón porque es una manera de abrirse a las personas afectadas por el cáncer. La Fundación la crea mi pareja hace unos 10 años como una forma de contribuir a la causa porque ha tenido leucemia en dos ocasiones y ha contribuido con otras ONG, pero hace diez años quiso poner en marcha su propia fundación y yo estoy con ella desde el principio.

P.- Tengo que preguntarle esto. En una ocasión se volvió trending topic en Twitter con un tuit que decía: "Soy republicano. Por un principio de rigor democrático y convicción política. Ahora bien, dudo mucho que un presidente de república ejerciera la Jefatura del Estado con más solvencia que Felipe VI y una presidenta fuera a estar mejor formada de lo que lo estará su hija". Muchos le criticaron y dijeron que entonces no era republicano. ¿Podría explicarlo?

La capacidad que tiene Felipe VI para ejercer la jefatura del estado es impagable e inmejorable

R.-  Yo creo que está bastante claro. La Monarquía es una institución que está anticuada, es medieval, no es democrática en sentido estricto… La República sí. Elegir un jefe de Estado entre la ciudadanía o en la forma que decidan los ciudadanos es más democrático que elegir un rey que realmente no eliges, sino que se va transmitiendo por la sangre, por la herencia. Desde ese punto de vista no se puede no ser republicano, no se puede no ser demócrata.

Ahora bien, la institución monárquica en el tiempo presente en España, la Monarquía Parlamentaria que define y salvaguarda la constitución es un régimen que, en las personas que lo han encarnado, tanto Juan Carlos I como su hijo Felipe VI, se ha comprometido con la democracia, aunque ahora estemos en lo que estamos con Juan Carlos, que ha decepcionado a muchos, a mí entre ellos, sostengo que la capacidad que tiene Felipe VI para ejercer la jefatura del estado tal y como aparece en la Constitución, y de acuerdo con las agendas que marca el Gobierno, es impagable e inmejorable.

Imagina que hemos acabado con la Monarquía como régimen. Habrá elecciones para elegir al presidente de la República. Entonces lo que yo me pregunto y respondo en ese tuit es: si cualquiera de los que los lectores ahora mismo pueden pensar que podría ser presidente de la República, que se podría pensar en Felipe González, en Aznar, en Zapatero, en algún político que no conozcamos, en Pablo Iglesias, en Pedro Sánchez, en Albert Rivera… ¿Crees que alguno de ellos podría hacerlo mejor que Felipe VI? Yo estoy convencido de que no.

IGNACIO ENCABO

Hablo de la solvencia, pero no del vínculo a partidos. Un presidente de la República del partido popular y un presidente del Gobierno socialista… ¿Eso garantizaría un mejor engrase de la maquinaria institucional que un rey que no está vinculado a ningún partido político? Establezcamos una norma diferente para regular el papel de la Monarquía, o vayamos a decidir si queremos Monarquía o República… Pero según la encuesta del CIS este país no está ahora en ese debate y este país mayoritariamente está satisfecho con la jefatura del estado de Felipe VI.

Esto lo dije porque me parece que es un debate interesado que se agita por una cuestión de supervivencia política de un partido determinado, Podemos. Hay gente socialista a la que no le viene mal el debate, pero no es el momento. Claro que prefiero una República que una Monarquía en abstracto, pero no estoy seguro de que en España ahora vaya a funcionar mejor una república de cómo está funcionando una monarquía como la que tenemos ahora.

P.- ¿Considera entonces que le queda bastante tiempo a la monarquía en España?

R.- Creo que sí. Primero porque es el sistema político del régimen que determina la Constitución, entonces habría que cambiarla. Luego porque, a pesar del desgaste salvaje que se está provocando a la institución con el tema del Rey emérito, no creo que Felipe VI quite mérito a la propia corona. Mientras sea así, yo creo que en este país no hay un sentimiento mayoritario republicano. En el futuro tampoco lo veo claro a no ser que se produzca una mayoría política en la que un partido con la misma ambición que el cuarto partido de este país en este momento, que es Podemos, alcance un número más alto de parlamentarios o de votos y pueda cambiar la Constitución o llevar a cabo un referéndum.

P.- Comentaba de pasada antes que el emérito le ha decepcionado… ¿Por qué?

Que el Rey emérito tenga que pagar con pena de telediario y sanción de desprecio es inevitable, pero no debería

R.- Yo siempre he creído que el Rey Juan Carlos ha tenido un papel muy importante en la transición de una dictadura de la que él venía también, porque él es el heredero del dictador, Franco, pero luego esa herencia se traiciona en aras del bien común. Creo que actuó con valentía, con solvencia, y cumpliendo el papel que él tenía claro que le designaba la historia y no Franco.

A mí siempre me ha parecido que era una institución encarnada en él, en Juan Carlos y que daba estabilidad y era vertebradora para este país. Pero cuando esa persona se está aprovechando de esa figura para lucrarse como presuntamente ha hecho, pues decepciona en lo personal independientemente de su figura política. Pues todo eso lo diluye algo tan inaceptable como que pudieras haber usado tu posición para beneficio personal de esa forma.

P.- ¿Debería volver?

R.- A mí esa me parece una discusión perfectamente estúpida. Él puede hacer lo que le de la gana, pero responder ante la justicia. Cuando pedimos igualdad ante la ley la pedimos para todos, ¿por qué no va a venir? ¿No interesa que esté aquí a la corona? No creo que eso sea lo que importa. Tiene que volver para estar en su país si él quiere y para responder ante la justicia porque debe. Que su hijo lo haya alejado de la institución y lo haya sacado de la Zarzuela, me parece bastante sacrificio que tenga que pagar con pena de telediario y sanción de desprecio es inevitable pero no debería. Él como ciudadano libre está acusado de determinadas acciones que juzgarán o no los tribunales en su momento.

P.- ¿Qué debería decir el Rey en su discurso de Nochebuena y qué cree que dirá?

Como dijo Carmen Calvo hace unos días, Felipe VI sabe leer muy bien lo que pasa. En este discurso hará referencia a la esperanza de un tiempo nuevo con la vacuna, pondrá en valor lo que han hecho los sanitarios, las fuerzas de seguridad del Estado, las personas que han estado en primera línea de combate contra el Covid, es posible y debería hacer una referencia personal a lo duro que ha sido para él mantener el prestigio de la corona o el nombre de la corona, debería hacerlo, pero no sé si esas cosas se deben o no, en el sentido de la diplomacia de la realeza. De lo que estoy seguro es que después del discurso no se producirá en los hogares ningún debate sobre Monarquía y República.

P.- ¿De qué se hablará en estas cenas navideñas?

IGNACIO ENCABO

R.-  De que no hemos podido estar con la gente que queremos estar, de que cuidado con papá y mamá, de qué pena que este año no puede estar con nosotros porque ha muerto de Covid… O como algún compañero que tengo de la radio que va a cenar solo. Vamos a hablar de todo lo que hemos vivido y del futuro inmediato con la esperanza de la vacuna... En lo que hemos vivido no me refiero solo a salud. Se han perdido este año todos los puestos de trabajo que se habían ganado en los dos últimos.

Hay mucha gente que no va a poder pagar sus deudas, mucha preocupación por cómo va a venir el año que viene desde el punto de vista económico… Eso es lo que preocupa a la gente y no si el jefe de Estado es un rey o un presidente de la República. Por si había alguna duda el propio CIS lo ha dicho. La corona le preocupa a un 0,3% de la ciudadanía española y al 0,9% de los votantes de Podemos que son los que están levantando esta bandera como si fuera lo más importante de este país.

P.- Haciendo balance de un año tan complicado… ¿Cuál cree que ha sido la mejor y la peor decisión política?

R.- La peor decisión política ha sido poner en manos de fuerzas políticas que no son constitucionales el soporte a un Gobierno constitucional. Dicho lo cual, no soy de los que defiende que eso es intrínsecamente malo si se tiene una mayoría de Gobierno que te permite sacar adelante unos presupuestos. El problema está en las concesiones que pueda haber. Así como en la justicia hay presunción de inocencia, en política parece que hay presunción de culpabilidad.

Si tú buscas y consigues los apoyos de una fuerza como Bildu, o buscas y consigues los apoyos de una fuerza como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que son declaradamente antiespañolas, y que propugnan una República Vasca o una República Catalana, fuera de lo que fuera a ser una República Federal española... ¿Qué tendrían que haber hecho? Yo creo que el PSOE podría buscar algún tipo de acuerdo que permitiera acuerdos puntuales con el PP y con Ciudadanos. Eso habría sido más patriótico que apoyarse en fuerzas anticonstitucionales. Eso es un error político.

Sánchez cede a muchas cosas de Pablo Iglesias por pura supervivencia, porque necesita tenerle en su equipo, pero no es una marioneta

La mejor decisión… Me cuesta encontrarla, francamente. Seguro que las hay, pero… Supongo que el momento en que el Gobierno decidió ponerse al frente de la lucha contra la pandemia. Eso fue una buena decisión. ¿Qué sucedió? Que se gestionó mal y luego se dejó en manos de las comunidades autónomas. Yo sigo pensando que la gestión de la pandemia tiene que ser universal. En Europa debería ser europea y coordinada y en España tendría que estar centralizada, desde luego. Hay órganos como la interterritorial de Sanidad que permiten coordinarnos si se hace bien, pero con decisiones adoptadas desde el Gobierno Central.

P.- Federico Jiménez Losantos dijo en una entrevista con este diario que Sánchez era una marioneta en manos de Iglesias, ¿usted qué opina?

R.- Yo muy pocas veces tengo la misma opinión que Jiménez Losantos. A quien tengo un profundo afecto, pero con el que no comparto casi nada. Yo creo que Sánchez no es una marioneta en manos de Iglesias, Sánchez cede a muchas cosas de Pablo Iglesias por pura supervivencia, porque necesita tenerle en su equipo, pero no es una marioneta. Y lo veremos a largo y medio plazo. Quien más se va a desgastar de todo esto va a ser Podemos. Como se descuide, y si no hay gestión de sus ideas, sus proyectos, su sociedad, en cuestión de un año Podemos ha sido superado en intención de voto por Ciudadanos.

En cuestión de un año Podemos habrá sido superado en intención de voto por Ciudadanos

Podemos está gestionando muy mal el Gobierno, no está haciendo nada, salvo en trabajo, pero porque tienen a una mujer con gran solvencia profesional, personal y política, Yolanda Díaz. En mi opinión Podemos no está aprovechando su posición en el Gobierno para nada más que para hacer propaganda, y propaganda de cosas que no le interesan a la gente. Está desperdiciando en debates perfectamente inútiles su capacidad de altavoz al estar precisamente en el Gobierno.  Tenemos que ‘agradecerle’ la subida de la extrema derecha.

P.- Tema de plena actualidad. El descubrimiento de una nueva cepa de coronavirus en Reino Unido. ¿Cree que desde España se han tomado las medidas adecuadas o de nuevo va a la cola de Europa?

R.- Por poco llegamos los últimos a las medidas fuertes. Cuando Pedro Sánchez declaró el estado de alarma ya llevábamos varios días en los que muchos países habían tomado decisiones fuertes y aquí no nos atrevíamos… Uno de los problemas que tiene este Gobierno es que se ha olvidado de que gobernar también es tomar decisiones difíciles. Sánchez ha dicho: Que las decisiones difíciles las tomen las autonomías, que yo vengo con la vacuna, que es lo bueno. Ahora el virus está empezando a demostrar que es listo, la ciencia también está en condiciones de seguirlo… Pero volvemos a estar ante el desconcierto, volvemos a estar ante una forma de hacer política un poco cobarde. No se toman decisiones fuertes, que pueden afectar a la gente, sí, es verdad, pero que pueden salvarnos a corto plazo.

IGNACIO ENCABO

Ahora hay mucha gente que lo está pasando muy mal por las medidas drásticas, como el sector de la hostelería o del espectáculo, entre otros. Creo que al menos ahora, aunque hemos llegado un poco tarde se ha tomado la medida que tenía que tomar a tiempo. Yo creo que la reserva que se hace (y me van a matar las familias que tengan hijos allí) con españoles o con británicos residentes aquí, me parece que no debería hacerse. Pero bueno, el mayor pecado que se comete ahora mismo es que no haya un Gobierno que adopte las medidas centralizadas y en coordinación con las autonomías.

P.- Cuando habla de medidas drásticas irremediablemente me entran ganas de preguntarle sobre Isabel Díaz Ayuso… ¿Qué hace tan mal o tan bien para estar siempre en boca de todos?

R.- Ayuso es un misterio para mí. No puedo decir que me parezca una política admirable, pero maneja muy bien su imagen y su espacio político. Creo que tiene un buen asesor y que es una persona honesta, una política honesta y que trabaja por los intereses de su ciudadanía. Ahora bien. Ayuso es un personaje que ha descubierto su capacidad de seducción para una gran parte del electorado que no estaba contenta con la actual dirección del PP, y eso se lo está trabajando.

Sin dudar de su deseo de lo mejor para Madrid, yo creo que Ayuso se está buscando un hueco en la dirección del PP. Ayuso escucha bien, se deja aconsejar bien, sí trabaja por el bien de Madrid, aunque yo discrepe con muchas de las decisiones que toma, y aunque creo que ha descubierto que algo hace bien y quiere algo propio políticamente hablando.

Ayuso es un misterio para mí. No puedo decir que me parezca una política admirable, pero maneja muy bien su imagen y su espacio político

P.- En su faceta como comunicador y en el contexto en el que nos encontramos, ¿a quién le gustaría entrevistar y para preguntarle qué?

R.- Me gustaría entrevistar al presidente del Gobierno, que nunca se deja. También a Pablo Iglesias, que tampoco me ha concedido nunca ninguna entrevista… Y yo le preguntaría a Sánchez, pero muy en serio el porqué, de verdad, ha querido apoyarse en partidos que una Constitución como la alemana, por ejemplo, no permitiría en el Parlamento. Se lo ha preguntado mucha gente, pero nunca he escuchado una respuesta convincente.

Pero más allá de esos dos líderes políticos con los que me es imposible dialogar porque nunca me aceptan una entrevista, yo siempre prefiero hablar con gente que tiene cosas que decir. Con médicos que están en la primera línea de combate, me encantaría hacer un reportaje en una UVI con enfermos de Covid y ver cómo se vive allí esa situación extrema. Me gustaría hablar con un superviviente de Covid que sea o haya sido escéptico o negacionista. Y bueno, una buena entrevista con el rey Felipe VI, imposible por otra parte, sería para mí de mucho interés.

P.- Por último, ¿en qué situación cree que se encuentra la libertad de expresión?

R.- Me pienso la respuesta porque creo que está en riesgo. Porque una de las cosas que les molesta a los gobiernos en general, y a este en particular, es la opinión crítica. Y ahora hay mucha opinión crítica. Consideran que los responsables de que haya una sociedad que cuestione un poco su poder son los medios de comunicación que ejercen su labor. Pero un medio de comunicación tiene que ser crítico, en general, y no permitir manipulaciones, ni mentiras, ni abusos. Este Gobierno, sobre todo una parte de él, es muy de mentir y de manipular, sobre todo a través de redes sociales, muy de linchar.

En ese sentido, y en la medida que uno tenga aguante para eso, no pasa nada. Pero en el momento que uno pueda ceder a esa presión, ya estamos en riesgo. Yo no voy a dejar de ser crítico por mucho que me pongan a caldo en redes sociales, ni en las redes ni en mi medio donde me expreso con absoluta libertad. Pero si siguen adelante con proyectos como el Ministerio de La Verdad, para decidir qué es fake y que no es fake, eso es peligroso.

El problema de la prensa es que no está sometida a ningún control parlamentario y tiene un fácil ataque, poder acusarte de no ser democrática. Pero inmediatamente desde la prensa respondes: el poder me lo dan mis lectores, espectadores u oyentes, y a ellos me debo. Mi deber es defender y preservar un derecho humano fundamental que es la libre información. Y tengo que comprometerme con eso, frente a un poder político que, como todos los poderes políticos, prefiere que no haya crítica, y si puede silenciar la crítica, la silencia con más o menos sutileza.