En los altos despachos de Prisa se comentan varios asuntos interesantes durante los últimos días. Cunde cierta sensación de alivio después de que haya desaparecido de allí la figura de José Miguel Contreras, el principal interesado en reclamar una licencia de televisión para el grupo y quien fue despedido la semana pasada, junto con Carlos Núñez -presidente ejecutivo de Prisa Media- y Enric Hernàndez, su adjunto.

Pese a la consumación de esta 'purga', no puede decirse que su máximo accionista y presidente, Joseph Oughourlian, esté tranquilo. Durante los últimos días, han llegado diferentes mensajes a Gran Vía 32 -como contó el sábado este periódico- que apuntan a que los promotores del proyecto de televisión para la TDT que se cocinó dentro del grupo, y que rechazó su Consejo de Administración, están dispuestos a batallar por el control del 51% de la compañía, lo que les permitiría destituir a su actual líder. Es decir, el dueño de Amber Capital.

Su intención es ejecutarlo durante la Junta General de Accionistas, aunque para ello necesitan el apoyo de varios socios significativos. Vivendi ha transmitido su respaldo a Oughourlian, pero dentro del cuadro de accionistas existen voces que, pese a que en los últimos tiempos han aguardado silentes, tienen algunas rencillas pasadas con el presidente de la compañía.

Santander: pulgar arriba o abajo

La principal es la de Santander (4,1%), que fue la entidad que situó a Javier Monzón en la presidencia de Prisa en 2018, pero la que se enfrentó precisamente a la hostilidad de Amber Capital ante el interés del fondo de inversión de tomar el control del grupo.

De hecho, fue el propio Oughourlian quien organizó una conjura junto con Telefónica y HSBC para destituir a Monzón al frente de la compañía. Se opusieron a su cese los Polanco, que cuentan con el 7,65% de las acciones de Prisa, pero que están pignoradas por Santander. Por tanto, su libertad de movimiento está condicionada por sus dependencias financieras.

Existe aquí una comunión de intereses que otorga a Ana Botín un poder de decisión sobre el futuro del grupo mayor que su peso en el accionariado. Los 'socios rebeldes' son conscientes de este factor, explican fuentes del grupo. Ahí se encuentran Contreras, Grupo Alconaba, Adolfo Utor y Diego Prieto. En este documento oficial se puede observar el peso de cada uno:

Oughourlian espera movimientos entre los 'díscolos' y también intuye alguna represalia del Gobierno, ante su negativa a aceptar que 'Tele-Pedro' -así la apoda- se monte dentro del perímetro de Prisa. Dentro del grupo, el empresario francés ha dejado claro que sería contraproducente cambiar la línea editorial de El País y la Cadena SER por cuestiones de negocio. Pese a todo, no descartan que el Ejecutivo pase al ataque, apuntan fuentes internas.

La cuestión de Indra

Sus diferencias con Moncloa no sólo se han manifestado en Prisa, donde Amber Capital (29,7%) y Vivendi (11,79%) cuentan con una posición de dominio accionarial. Conviene recordar que, hace unas semanas, Pablo Jiménez, consejero dominical de Indra nombrado por Oughourlian, se abstuvo durante la votación que decidió la adquisición de Hispasat por parte de la compañía española de defensa.

La postura de Amber Capital fue también contraria a la que le interesaba al Ejecutivo. Los periodistas preguntaron recientemente al nuevo presidente de la compañía público-privada, Ángel Escribano, acerca de este punto y su respuesta no dejó indiferente a nadie. Afirmó que su empresa dispone del doble de participaciones de Indra que Oughourlian (14,3 frente al 7,24%). Dio a entender que, en caso de que el inversor francés quisiera tumbar la operación, sólo tenía que incrementar su posición.

Una fuente de Prisa recordaba este lunes que la sintonía de Oughourlian con Moncloa no siempre fue negativa, en absoluto. De hecho, mientras Miguel Barroso -fallecido hace un año y dos meses- ejercía de consejero dominical del grupo, existía una relación cordial, como no puede ser de otra manera en la empresa privada de medios de comunicación que más cercanía ha mostrado con los postulados del Ejecutivo.

Ese entendimiento se torció tras la muerte de este interlocutor. Su sucesor, Contreras, quiso tener un papel más protagonista dentro de Prisa y eso generó fricciones con su presidente, que, aunque sobre el papel no ejerce un papel ejecutivo, en la práctica es su líder y quien marca la línea a seguir. Como ya es sabido, el punto desencadenante de las hostilidades fue el veto de Oughourlian a 'Tele-Pedro'. Ahí se inició oficialmente una batalla que nadie sabe cómo terminará, pero en la que el Ejecutivo seguramente no opte por la neutralidad. Ningún Gobierno lo ha sido con Prisa.

La acción de Prisa

Entre tanto, los inversores parecen haber recibido con optimismo esta decisión. Las participaciones de Prisa se han revalorizado el 10% durante los últimos días. Su valor -0,37 céntimos- es muy escaso. De hecho, hacen falta 5,4 acciones para adquirir un ejemplar de El País.

Sin embargo -interpretan dentro de Prisa-, el rechazo al proyecto televisivo facilitará el acuerdo con Pimco para refinanciar la deuda financiera, de 750 millones de euros; y evitará que el grupo afronte una inversión que los analistas del propio Banco Santander consideraron difícil de rentabilizar en un informe elaborado el pasado verano.