Hace algo más de un año, el 8 de marzo de 2018, la Justicia quitó la custodia de sus hijas de siete y 13 años a Elena del Pilar Ramallo Miñán, catedrática en Derecho, bajo el principal argumento de que trabajaba demasiado. La mujer trabajaba como directora de la Cátedra Internacional Banco Santander de RSC de la Eurorregion Galicia-Norte de Portugal y compatibilizaba jornadas largas con viajes y confernecias.

La mujer, que ha escrito una carta en El Correo Gallego bajo el título "Yo acuso", ha decidido ahora demandar al Estado por "privarme de mis hijas, por vulnerar mi derecho al trabajo, por provocarme un enorme perjuicio profesional, y estigmatizarme socialmente como mujer con esta decisión".

La mujer, que ha escrito una carta en El Correo Gallego bajo el título "Yo acuso"

Esta madre asegura que la juez no la dejó hablar y que sólo escuchó a su marido. Además, Ramallo asegura que también están en su contra su madre y su padre. En su carta, la mujer hace referencia a su padre, que "considera que las mujeres que estudian, que son independientes, que desarrollan trabajos que impliquen viajes, y/o responsabilidades profesionales destacadas, que visten de determinada manera y, que, además, se divorcian, somos unas fulanas. Esta forma de pensar sobre las mujeres, se agudiza cuando a mí se refiere, ejerciendo vejaciones continuas y violencia verbal pública contra mí, refiriéndose a mí como una puta. Esta degradación realizada por mi padre, de mi figura de madre ante mis hijas, claramente tipificada como violencia de género en el ámbito doméstico, no fue considerada relevante por la juez".

Nunca he sido partidaria de que el hecho de ser mujer sea una ventaja, pero lo que no puede ser es una penalización", dice

Respecto a su trabajo, la mujer se defiende en la misiva: "He conseguido ser una profesional reconocida; por mi formación, experiencia y publicaciones y, después de años de superación, esfuerzo y logros profesionales, me he visto obligada a renunciar a casi toda mi vida profesional. Me pregunto, dónde está mi derecho al trabajo, a la igualad y de la conciliación, ya ni hablamos. Nunca he sido partidaria de que el hecho de ser mujer sea una ventaja, pero lo que no puede ser es una penalización".

Por estas razones, la mujer ha emprendido una cruzada mediática con el fin de lograr dar un vuelco a la situación, que la ha separado de su hija mayor, a la que lleva más de un año sin ver, "en esta edad difícil que es la adolescencia". Respecto a la pequeña, la Ramallo asegura que dice "que quiere regresar con su mamá y a su casita".