En los últimos años se ha venido constatando una recuperación en la contratación hipotecaria, que si bien no llega a los niveles previos a la crisis, sí ha generado una mayor preocupación por parte los distintos intervinientes, cuyo origen habría que buscarlo no sólo las consecuencias ya constatadas de la intervención del sector bancario y la quiebra económica de muchas familias, sino también las sucesivas resoluciones judiciales que, en un contexto así, han acabado poniendo fin a numerosas prácticas bancarias que en otros tiempos resultaban incontestables y que incluso han motivado varias reformas legales.

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