La periodista de Informativos Telecinco Susana Ramos ha sido protagonista de la noticia en las últimas horas. Una mujer, tras pagar 1.500 euros a una mafia, había okupado su casa en el barrio de Manoteras (Madrid) y exigía que la dueña de la vivienda le abonase esa cantidad para acceder a irse. Finalmente, al demostrar que la entrada era reciente y estar dentro del plazo legal, la Policía Nacional ha desalojado por la fuerza a la intrusa y la periodista ha recuperado su propiedad.

Los hechos se desataron el lunes a las 15.30, cuando una vecina se puso en contacto con Susana para alertarle de que había escuchado ruidos en su casa. Se trata de una vivienda a la espera de licencia para reformar, que pretende usar de primera residencia tras la obra. Mientras tanto, reside con un bebé en un pequeño apartamento.

Ramos trasladó el caso directamente a los medios y su caso se viralizó en los magazines de la mañana de Telecinco. "Estamos en una carrera a contrarreloj con un montón de obstáculos porque tenemos 48 horas para que la policía les desaloje... sino entraríamos en un proceso judicial de un año como mínimo y se podría alargar muchísimo tiempo", dijo el martes, mientras reclamaba a la Policía una actuación inmediata.

"Se ha cometido un delito flagrante y es nuestra vivienda habitual, yo la necesito", añadió la periodista, que explicó las circunstancias del chantaje: "Nos piden 1.500 euros y se lo tienen que pedir a la persona que les ha estafado". "Hay testigos que confirman que se metieron ayer y que fue la primera noche que hubo luz en la casa, por mucho que ellas digan lo que sea no han pasado más horas, requiero a la policía para que lo haga porque hay testigos, nos sentimos totalmente impotentes. Esta mujer estaba sola con un perro y han venido unas amigas a traerle el desayuno porque saben que si salen podríamos entrar", reclamó.

Finalmente, la Policía se ha personado este miércoles en la vivienda y ha conseguido entrar por la fuerza. Primero trataron de forzar la puerta a patadas. Después, con un mazo. Los okupas no pusieron en ningún momento de su parte y permanecieron en la vivienda hasta el último momento.