El exguardia civil de 47 años que se encontraba atrincherado desde ayer en su casa de Valladolid ha sido detenido y pasará mañana a disposición judicial, según informa la Delegación del Gobierno a Europa Press.

La Policía vigilaba desde hace casi veinticuatro horas el comportamiento de un hombre de 47 años, encerrado en un domicilio de la calle General Shelly de Valladolid, después de que un vecino de la zona alertara de que había oído varias detonaciones en la vivienda el sábado sobre las 17:00 horas.

Según han informado esta domingo fuentes de la Policía Nacional, los agentes recibieron ayer un aviso del 112, sobre que se habían escuchado gritos y detonaciones en la vivienda de un hombre de 47 años -guardia civil prejubilado, según fuentes de la investigación-, sobre el que constan varios antecedentes policiales.

Al lugar acudieron dotaciones policiales que confirmaron las detonaciones ya que se escucharon desde la escalera, e intentaron hablar con la persona que se encontraba en el interior, sin que fuera posible mantener un diálogo con ella.

Se desconocía si el arma era real o simulada, por lo que los agentes adoptaron las precauciones necesarias por si los disparos fuesen reales.

La Policía contactó con el juez de guardia, quien autorizó la entrada en el domicilio para confirmar que la persona se encontraba sola, retirar el arma de fuego y evitar daños.

Se estableció un dispositivo de seguridad en el exterior del inmueble para evitar que el hombre disparara sobre los viandantes, se cortó la calle al tráfico rodado y se prohibió el paso de transeúntes.

Simultáneamente se fijaron medidas de seguridad en la escalera de acceso a la vivienda por si el encerrado intentaba salir de la casa y poder así interceptarlo, y se efectuaron varios intentos infructuosos de hablar con él.

Los agentes contactaron con su exmujer, quien indicó que la hija en común estaba con ella y que su exmarido se encontraba, probablemente, solo.

Se comisionó al equipo negociador de incidentes que consiguió establecer comunicación con la persona que ocupa la vivienda hablando a través de la puerta, la cual exteriorizó un discurso incoherente y efectuó ocasionalmente detonaciones que, por experiencia, los policías constataron que no eran reales sino de fogueo.

Tras la conversación mantenida por el equipo negociador con la persona encerrada, se consiguió que ésta abriese la puerta del domicilio, hablando personalmente con uno de los componentes del equipo.

Cuando parecía que podía abandonar el piso, el encerrado intentó introducir en la vivienda, tirando de él, a un componente del equipo negociador, que se vio obligado a forcejear para evitarlo, momento en el que se intentó la entrada en la vivienda por personal uniformado, a lo que no dio tiempo, ya que cerró la puerta repentinamente.

Tras este intento de resolución, el encerrado colocó la llave en la cerradura por el interior y acumuló muebles detrás de la puerta, lo que hizo infructuosos varios intentos de abrirla.

Finalmente se decidió que, como la persona encerrada no representaba un riesgo para otras ni para él mismo, sin intención ninguna ni de abrir la puerta ni de salir de su domicilio, fueran retirados los efectivos dispuestos, manteniendo un indicativo radiopatrulla en el exterior de la finca por si en un momento dado decidiese abandonar la vivienda, para poder interceptarlo.