Más del 28 % de los conductores sufren miedo a conducir prácticamente por igual mujeres y hombres, aunque éstos son más reticentes a reconocerlo pública y socialmente, un problema denominado amaxofobia que influye en la autoestima y que llega a producir exclusión sociolaboral.

Para ellos, la Fundación CEA puso en marcha hace 8 años una terapia grupal específica, por la que ya han pasado más de 500 conductores, el 80 % de los cuales han superado el miedo y han vuelto a conducir de forma segura, controlando cada uno de los efectos que sufren cuando se ven al volante.

Así se ha puesto de relieve en un seminario, organizado por CEA, en el que la organizadora de los cursos, Maribel Muñoz, ha puesto de relieve que la mayoría de las personas con amaxofobia lo viven en soledad, se sienten incomprendidas y muchos sufren o han sufrido exclusión sociolaboral.

A pesar de que existe desde que se inventó el automóvil, solo se trata como tal desde hace 10 o 15 años. Es un problema que limita mucho la vida personal y laboral, hasta tal punto que impide acceder a un puesto de trabajo o ascender en la empresa, ha advertido.

Ignacio Calvo, psicólogo especializado en amaxofobia, ha precisado que no solo es un problema de fobias sino de ansiedad complejo y ha resaltado el respaldo que supone poder verse reconocidas en otras personas que tienen el mismo problema.

Generalmente, deriva de un estrés postraumático tras un accidente de tráfico pero también de otras problemáticas como trastornos de pánico (cuesta respirar, el corazón se acelera...), ansiedad social (miedo a otros conductores), hipocondría o problemas de autoestima e inseguridad.

En la terapia se aborda como un problema que tiene solución, se refuerza la autoestima como conductores, se dan herramientas para manejar los pensamientos distorsionados que aparecen con la ansiedad y para afrontarlo de forma gradual, de tal forma que cada persona tiene que ir localizando sus situaciones problemáticas (miedo a la velocidad, al pasar por acueductos...etc).

Marisol López de Mora, una persona con amaxofobia que logró superarlo, ha comentado que no conocía el término pero "tenía un miedo tremendo a conducir, a causar un accidente, a la conducción de los demás, a causar daño a mis hijos", de tal forma que llegó a limitarle como persona y en su autoestima.

Reconoce que pasar por la terapia ha cambiado su vida. "La satisfacción personal fue tremenda, ahora conduzco, no necesito que nadie me lleve y me traiga".