Un día después de la celebración del Día Internacional de la Mujer, una reflexión se repite en los círculos feministas: "Es una lástima que las mujeres no hayan ido unidas a la manifestación" porque, este 8-M, por primera vez en la historia las manifestantes se dividieron en hasta veinte ciudades españolas. Algo que fue especialmente evidente en la capital española, donde salieron a la calle más de 50.000 personas para reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres bajo diversos lemas, aunque lo hicieron por dos recorridos distintos.

Por un lado, la manifestación mayoritaria convocada por la Comisión 8-M transcurrió entre las plazas de Atocha y Colón y, por otro, la minoritaria organizada por Movimiento Feminista transcurrió por la Gran Vía.

Quiénes participaron en cada una

La primera de ellas, se podría decir la oficial, es convocada todos los años por Comisión 8-M, dentro de la que caben diversas organizaciones y asociaciones. Fue a la que se unieron las ministras del Gobierno, tanto las de Podemos como las del PSOE, además de políticas de ambos partidos y de Ciudadanos. La ministra de Igualdad, Irene Montero, y la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, caminaron en esta marcha.

Eso sí, las políticas de Podemos lo hicieron bajo una pancarta con el lema 'Feminismo para cambiarlo todo' y las del PSOE, con otra que llevaba el mensaje: '8M: Más feminismo, mejor democracia'.

La segunda marcha, organizada por Movimiento Feminista de Madrid contraprogramando la principal, fue convocada por las feministas que están en contra de la ley trans impulsada por el Ministerio de Igualdad de Montero. Están a favor de la abolición de la prostitución y se autodenominan a sí mismas como "las verdaderas feministas".

La presidenta de la Mesa de la Comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo (i), saluda a la ministra de Igualdad, Irene Montero (d), en la Comisión de Igualdad del 20 de octubre de 2021, en Madrid (España). Eduardo Parra / Europa Press

Tanto la oposición a la libre autodeterminación de género de la citada ley (que implica principalmente que una persona puede elegir su sexo en la identidad civil sin necesidad de pasar por un comité médico) como la defensa de la abolición de la prostitución se han presentado por las feministas de esta segunda marcha como los motivos que las han llevado a organizar una manifestación paralela. Aunque, en realidad, el verdadero motivo es la oposición a la ley trans y la gestión de Irene Montero al frente de Igualdad.

Distancia con Irene Montero

En la tramitación de la ley trans surgió una brecha entre la ministra de Podemos y la ex vicepresidenta del Gobierno socialista Carmen Calvo. Las diferencias que surgieron entonces -en las que Calvo contó con el apoyo de históricas feministas socialistas como la jurista Altamira Gonzalo, que fue secretaria de Estado de Igualdad cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno, o Ángeles Álvarez, exdiputada y portavoz de Igualdad que impulsó el pacto de Estado contra la Violencia de Género- han desembocado en una división irreconciliable que ha llevado a la convocatoria de las dos marchas. Precisamente Ángeles Álvarez participó en la segunda y Calvo no fue a ninguna de las dos, pero en una entrevista se declaró "abolicionista", deslizando su apoyo a esta segunda marcha a la que también se unieron políticas del Partido Popular. Éstas últimas, aprovechando la coyuntura de enfrentamiento con Montero, afirmaron que apoyaban esta marcha porque "no participarían en la manifestación del no a la guerra".

Feministas históricas que se unieron a la convocatoria mayoritaria consideran, en conversación con este diario, que el verdadero motivo de la convocatoria de la manifestación minoritaria, la de Movimiento Feminista, es la animadversión hacia la ministra de Igualdad, Irene Montero, a quien ven como alguien que ha asaltado el espacio que tradicionalmente han ocupado en el Gobierno algunas socialistas.

Estas fuentes consultadas ven una excusa el motivo de la oposición a la ley trans y a posiciones regulacionistas de la prostitución. Afirman que entre quienes participaron en la manifestación principal, la de la Comisión 8-M, también hay quienes se oponen a la autodeterminación de género y quieren la abolición de la prostitución. Pero afirman que son disputas históricas que siempre se han discutido de manera asamblearia y que quedan por debajo de la lucha por la Igualdad que es la máxima aspiración de todas las feministas.