Según el último informe de servicios sociales dirigidos a personas mayores en España realizado en 2021 por el Imserso, cerca de medio millón de españoles recibe la prestación del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), y más de 900.000, un diez por ciento de la población mayor de 65 años, cuenta con servicio de Teleasistencia a Domicilio (TAD). Se trata de dos modalidades distintas de atención: el SAD, a través de auxiliares y otros profesionales, brinda apoyo personal en el hogar para atender las necesidades de la vida diaria de los usuarios, desde la higiene personal a las tareas domésticas. En cambio, la teleasistencia ofrece una atención directa y personalizada a situaciones de diversa naturaleza –emergencia, inseguridad, soledad o aislamiento– cuando el usuario activa el pulsador personal que ha sido proporcionado por la entidad que presta el servicio y que está conectado a la línea telefónica.
Son dos servicios distintos, pero con frecuencia complementarios. De hecho, más de la mitad de los usuarios de TAD también lo son del SAD. Pese a ello, suelen ser licitados de manera independiente por parte de las administraciones responsables. Y, por tanto, adjudicados a empresas diferentes, que los gestionan separadamente con equipos, herramientas y metodologías propias.
Para los usuarios de ambos servicios, el hecho de que intervengan empresas diferentes en la prestación de cada uno de ellos puede generar desajustes. Una comunicación o una coordinación inadecuadas pueden dar lugar a llamadas y visitas fallidas o dificultar la respuesta a una emergencia. Merma, en definitiva, la calidad del servicio. Puede provocar, además, confusión en el usuario y le obliga a una doble comunicación para notificar, por ejemplo, una ausencia prolongada de su domicilio. También puede dificultar el seguimiento social de su estado por parte de los profesionales, e implica una duplicidad de costes y recursos.
El sistema de gestión integral de Clece
Respondiendo a esta realidad, Clece ha desarrollado un sistema de atención domiciliaria integral centrado en la persona que incorpora ambos servicios. La gestión coordinada del SAD y la TAD permite unificar procedimientos, incrementando su eficiencia y eficacia con el objetivo de prestar la mejor atención posible.
La interoperabilidad entre ambos servicios favorece el intercambio de información y, por tanto, garantiza la mejor respuesta a cada situación. Gracias a esta acción coordinada, el operador de teleasistencia puede, por ejemplo, acceder en tiempo real a los informes sociales del usuario realizados por el Servicio de Ayuda a Domicilio, y conocer al segundo las circunstancias y necesidades de la persona que acaba de solicitar atención.
Actualmente, Clece presta atención coordinada de TAD y SAD en Valladolid y Melilla, y en Zamora a través de su Diputación. La eficacia probada de esta modalidad demuestra la idoneidad de que ambos servicios se integren en el futuro. Por razones de eficiencia, pero sobre todo, de calidad, como viene demostrando Clece.
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