Veinte títulos de Grand Slam, 35 Masters 1000, dos oros olímpicos y cinco Copas Davis. El currículum de Rafael Nadal es deslumbrante, pero tiene una pequeña mácula. El torneo de maestros es su gran cuenta pendiente. Prácticamente el único gran desafío que le queda al español, que tendrá una nueva oportunidad a partir de este domingo.

A sus 34 años, Nadal se ha clasificado 16 veces para el torneo que reúne anualmente a los ocho mejores de cada temporada. Se perdió seis ediciones por lesión y en apenas dos alcanzó la final. Perdió ambas, en 2010 y 2013, y en cuatro ocasiones no llegó a superar la fase de grupos.

Hay dos razones que explican el pobre rendimiento de Nadal en el Masters, pobre, claro, en comparación con los números que acostumbra. La primera es la superficie, una pista dura y techada; y la segunda es el calendario.

"Todavía tiene una gran oportunidad"

Nadal, el rey de la tierra, tiene sus peores estadísticas como tenista en torneos que se disputan en superficie dura y bajo techo. Tan solo uno de sus 86 títulos han llegado en esas condiciones: y fue en 2005 en Madrid, cuando todavía se jugaba en la Casa de Campo.

"Cuando tú pones el límite tan arriba como lo ha hecho Nadal, si miras sus números bajo techo puedes decir: 'Oh, no son muy buenos'", señaló esta semana el ex número uno británico Tim Henman. "Pero ha ganado un Masters Series (Madrid) y ha llegado en dos ocasiones a la final del Masters de Londres. Todavía tiene una gran oportunidad", añadió.

Nadal ha ganado un total de 1002 partidos en su carrera, el 83,2% de los que ha disputado. Ese dato asciende al 87,9% en los Grand Slam y al 91,8% en torneos sobre tierra. Sin embargo, en dura y bajo techo, desciende al 70,2%. El español es consciente de que es un hándicap muy grande para él y por eso desde hace años aboga por que el Masters rote de superficie.

"Llevo once años clasificándome para este torneo y siempre he jugado en pista cubierta y en superficie dura. Creo que también se podría disputar en una superficie distinta", señaló en 2015 el manacorí.

Piernas frescas en 2020

La otra razón que ha lastrado a Nadal en este torneo ha sido el calendario. El Masters es el torneo que cierra el calendario tenístico (sin contar la Copa Davis) y el español suele llegar al final de temporada con la lengua fuera y los músculos al límite. Octubre y noviembre son sus meses menos prolíficos en el circuito: solo ha ganado cuatro torneos en esa época del año, dos en 2005, uno en 2010 y otro en 2017.

La buena noticia para Nadal en este 2020 es que llega más descansado y sin ningún impedimento físico. Apenas ha jugado 30 partidos este año y aterriza en la capital británica con buenas sensaciones más allá de perder la semana pasada en los cuartos de final de París-Bercy, otro torneo que no ha ganado nunca.

"Tuve la oportunidad de jugar cuatro partidos y creo que me ayudará para preparar el Masters", dijo en la capital francesa. "Necesito ajustar un par de cosas, pero lo estoy haciendo bien en los aspectos importantes. Espero estar preparado".

Nadal debutará el domingo ante Andrey Rublev y después jugará ante Dominic Thiem y Stefanos Tsitsipas. En el otro grupo está el gran favorito y número uno, Novak Djokovic, junto a Alexander Zverev, Daniil Medvedev y Diego Schwartzman. Los dos mejores de cada grupo acceden a las semifinales y el partido por el título será el domingo 22 de noviembre.