Rafael Nadal fue eliminado este miércoles del Open de Australia al caer en la segunda ronda del torneo frente al estadounidense Mackenzie McDonald por 6-4, 6-4 y 7-5, después de 2h 32m. El español, de 36 años, pagó una lesión sufrida en mitad del segundo set, cuando un problema muscular le detuvo en un desplazamiento lateral. De esta forma, el defensor del título se despidió rápido del grande australiano y de una forma triste, penalizado una vez más por su propio cuerpo.

Pese al percance, producido en el octavo juego de esa segunda manga, Nadal quiso continuar en la pista y trató de rebatir como pudo a su rival, que hasta el instante de la lesión había dominado el duelo con un tenis incisivo y plano. Claramente mermado, sin apenas movilidad y condicionado en el servicio, a partir de ahí recurrió exclusivamente al juego de muñeca para rebatir, sabiendo que sus opciones eran ínfimas. Lo intentó y acabó el partido, dejando un poso triste en la central.

La prematura despedida de Australia supone la caída momentánea al sexto peldaño del ranking –actualmente figura en el segundo– y, por encima de todo, otro golpe anímico porque sigue sin alcanzar su objetivo prioritario, la continuidad que se le ha negado en las dos últimas temporadas. A priori, la hoja de ruta del balear marca que Dubái (del 27 de febrero al 4 de marzo) es su próximo destino competitivo, a a falta de concretar cuál es el alcance exacto de la lesión y cuándo puede reanudar la actividad.