Hace apenas un año Novak Djokovic vivía uno de los peores momentos de su carrera. El serbio viajó al Open de Australia para luchar por su décimo título, pero fue retenido, en primer lugar, y luego detenido y deportado del país por su negativa a vacunarse contra el Covid-19, en un show mediático y judicial que sacudió al mundo del deporte. Por si fuera poco, tuvo que ver como aquel torneo acabó ganándolo Rafa Nadal, que rompía así la igualdad en número de Grand Slams que mantenía entonces tanto con el serbio como con Roger Federer y se colocaba en solitario como el jugador con más 'grandes' de la historia.

Todo aquello generó un panorama difícil para Djokovic. El serbio tampoco pudo jugar por el mismo motivo algunos de los torneos más importantes de la temporada, entre ellos varios Masters 1000 y el último Grand Slam del año, el Us Open. Su ranking estaba en peligro por la imposibilidad de competir, mientras se hablaba de una posible sanción de hasta tres años sin poder jugar en Australia y Nadal ponía más tierra de por medio ganando de nuevo Roland Garros. Pero unos meses después toda aquella incertidumbre ha quedado sepultada.

Después de completar una segunda parte de la temporada brutal, ganando Wimbledon y las ATP Finals, se anunció que Djokovic podría volver a competir en Australia, el primer Grand Slam del año y su favorito. Después de empezar el torneo renqueante físicamente, algo que una vez más muchos pusieron en duda, el serbio ha completado un torneo casi inmaculado, perdiendo solo un set en segunda ronda y ganando en tres mangas (6-3/7-6/7-6) en la final de hoy al griego Stefanos Tsitsipas, que tras la eliminación de casi todos los favoritos parecía el único capaz de ponerle en problemas. Pero no fue realmente así.

Dominio a todos los niveles

Djokovic saltó a la pista mentalizado con la idea de hacer historia, dominado el primer set con su derecha y un saque brillante, sufriendo y levantando un punto de set en la segunda manga y remontando un break en contra en el primer juego del tercer set para ganar uno de los títulos más importantes de su carrera. Y es que la victoria de hoy le catapulta de nuevo a lo más alto: recupera el número 1 del mundo, que hasta ahora tenía Alcaraz, e iguala a Nadal como los jugadores con más Grand Slams de la historia, con 22 títulos cada uno. Por si fuera poco, también le permite superar al español en número de títulos totales por primera vez en su carrera, sumando 93 trofeos.

Aunque Tsitsipas subió el nivel en el segundo set, donde por momentos jugó de manera brillante, no le bastó una vez más al griego, que ya perdió en su momento la final de Roland Garros en 2021 frente al mismo rival después de dejar escapar una ventaja de dos sets a cero. Djokovic volvió a demostrar hoy que con 35 años (11 menos que Tsitsipas) sigue dominando a sus rivales con puño de hierro tanto físicamente como tenísticamente y mentalmente, encajando los golpes como si no le afectaran y sin fallar en los momentos decisivos del partido.

Hoy era el día para hacer historia, y todo parecía indicar que nada podría separar al serbio del título. Sin embargo, a buen seguro que Djokovic saltó a la pista con la final del Us Open de 2021 en la retina, donde dejó escapar una oportunidad casi calcada a la de hoy. Ese día desaprovechó la ocasión de completar un año redondo ganado los cuatro Grand Slams (algo que no sucede desde hace 54 años y que solo dos jugadores masculinos han podido hacer), lo que además le hubiera servido para ganar su 21 'grande' y romper la igualdad con Rafa y Roger, con los que estaba empatado. Después de completar una de las mejores temporadas de su carrera, lo que parecía el broche final perfecto fue frustrado por el ruso Daniil Medvedev, que venció con claridad en tres sets.

Lucha por la historia

El antes y el después en la carrera de Novak Djokovic llegó en 2011. Ese año el serbio, que ya era un gran jugador pero parecía que estaba lejos del nivel de Rafa y Roger, dio un salto tenístico enorme, logrando por primera vez en su carrera llegar al número 1 y ganando tres de los cuatro Grand Slams de la temporada. Algo que él mismo ha vinculado, entre otras cosas, a su cambio de dieta, después de que le detectaran que era alérgico a varios alimentos. Pero lo que está claro es que desde entonces ha dominado el circuito con claridad, remontando a pasos agigantados toda la desventaja que tenía con Roger y Rafa, que ha sido el único realmente capaz de mantenerle el pulso.

En el eterno debate para ser el mejor de siempre, la victoria de hoy es un gran paso para el serbio. Djokovic ya lidera los dos parámetros considerados más importantes en el mundo del tenis: es el jugador con más semanas como número 1 de la historia y, empatado desde hoy con Nadal, el que más Grand Slams tiene. Por si fuera poco también encabeza la lista en número de Masters 1.000, los torneos más importantes después de los Grand Slams, y le tiene el cara a cara de enfrentamientos individuales ganado tanto a Rafa como a Roger, a los que además ha podido vencer varias veces en sus torneos favoritos (Roland Garros y Wimbledon, respectivamente), algo que ni el español ni el suizo han podido hacer con el serbio en Australia.

Con Federer fuera de juego tras su retirada en septiembre del año pasado y Rafa acusando cada vez más problemas físicos, el panorama para Djokovic, que es además el más joven de los tres, también le permite enfocar el futuro con optimismo. Su nivel tenístico y físico sigue siendo de élite absoluta, y parece que solo Nadal y, quizás, Alcaraz pueden hacerle frente. Por detrás, los Medvedev, Tsitsipas, Zverev o Thiem siguen estando, por diferentes motivos, muy lejos de poder plantarle cara en el día a día. Pero el tenis cambia muy rápido. Y si no, que se lo digan al Novak Djokovic que hace un año veía por televisión y desde casa como su máximo rival ganaba su torneo favorito.