Al final la tensión le ha pasado factura. Aunque no lo parezca, María Teresa Campos no lleva muy bien la presión. Los que la conocen de cerca lo saben bien. Le afecta todo lo que se dice de ella y de su familia. La inesperada interrupción de su programa ¡Que tiempo tan feliz!, sus problemas con Hacienda, la sobreexposición a la que se sometieron las Campos en las dos temporadas del reality de Telecinco y, para colmo, la presencia de Bigote Arrocet en Supervivientes han hecho mella en la salud de la reina madre de la Televisión.

"La paciente Dña. MªTeresa Campos Luque ha ingresado esta tarde en la Fundación Jiménez Díaz, con el diagnóstico de isquemia cerebral en territorio vertebrobasilar. En el momento actual está consciente, clínica y hemodinámicamente estable", según explica el parte médico que "a petición de la familia” se ha entregado a los medios.

El annus horribilis de la matriarca de la saga comenzó el pasado mes de octubre cuando sufrió un vahído en pleno programa (recuerde que se emitía en directo). Nadie se enteró, puesto que en ese momento estaba actuando David de María y la presentadora fue capaz de sobreponerse y seguir con el programa. Desde entonces, la malagueña (nacida en Tetuán), su novio y sus hijas han sido portada de las revistas del corazón, una semana sí y otra también. “Estoy un poco flojita, pero lo superaré”, llegó a confesar entonces a los medios.

El annus horribilis de la matriarca de la saga comenzó el pasado mes de octubre cuando sufrió un vahído en pleno programa

Las revistas del corazón no le han dado tregua. Primero Bigote Arrocet y sus amigas, en el pisito de soltero; después Terelu y su derroche económico y sus problemas de sobre peso; más tarde, la enfermedad de Carmen Borrego (la hija desconocida que gracias a su participación en las tertulias de Supervivientes se ha ganado el sobrenombre de la emergente) y ahora los comentarios del pasotismo de su novio en la isla tenían a la Campos de los nervios.

De todos los conflictos, el que peor ha llevado ha sido la sobreexposición a la que se vio sometida al abrir la puerta de sus casa y colocar su día a día al alcance de todo el mundo. Bautizadas como las Camposhian, la periodista y sus hijas han tenido que aguantar todas las críticas de sus compañeros. Ella sabía que aquello era un error que pagaría muy caro (lo hizo por sus hijas, sobre todo por Terelu que estaba de capa caída televisivamente hablando y por dinero, como hacemos todo en esta vida).

Periodista de raza

La Campos no necesitaba entrar en ese juego. Ella ya ha demostrado que es una periodista de raza que a los 15 años flirteaba con los micrófonos en Radio Juventud de Málaga. Durante décadas prestó su voz a los discos dedicados, trabajó en magazines y compartió pecera con Diego Gómez. Aquella fue la época dorada de Mari Tere Campos. Era la voz de Málaga.

Su apoyo al mundo de la música en ¡Que tiempo tan feliz! no era fruto de la casualidad. Su trayectoria siempre ha estado vinculada al universo musical. En 1968 fichó por Radio Popular de Málaga donde presentaba Español Pop, un programa que le acercó a los grandes cantantes de la época. En plena Transición, dio rienda suelta a su espíritu combativo y organizo conciertos de cantautores como Joan Manuel Serrat o Lluís Llach. Su camino hacia libertad la llevó a conducir Mujeres 72, un programa en el que se empezaba a hablar de mujeres libres y de feminismo. Mari Tere Campos no militaba en partidos políticos, pero se convirtió en el rostro del andalucismo. Siendo directora de Informativos de Andalucía en Radio Cadena Española, en 1981 leyó el manifiesto contra el Golpe de Estado del 23 F y por ello sufrió amenazas de sectores extremistas.

Sus primeros coqueteos con la televisión acabaron con Mari Tere para dar paso a María Teresa

Sus primeros coqueteos con la televisión acabaron con Mari Tere para dar paso a María Teresa. Fue una de las chicas Hermida, aquellas a las que el ex corresponsal de TVE en EE.UU lanzó al estrellato con su nueva apuesta matinal, pero abandonó al maestro para aceptar el puesto de subdirectora de Hoy por Hoy en la Ser (con Iñaki Gabilondo como estandarte).

El veneno de la televisión ya corría por sus venas y pocos meses después regresó a TVE para sustituir al mismísimo Hermida. Fue entonces cuando la Campos se convirtió en la reina de las mañanas. Ella no se sentía aprovechada y dio el salto a Telecinco. De Esta es tu casa a Pasa la vida y más tarde a Día a día, programa con el cosechó los más altos índices de audiencia.

Tras casi 2.000 emisiones de Día a día, en julio de 2004 fichó por Antena 3 con un contrato que le unía a la cadena hasta julio de 2007, a razón de 6 millones de euros por temporada. De genio fácil, se atrevió a llamar gilipollas a Paolo Vasile. Su paso por la cadena de San Sebastián de los Reyes fue un auténtico fracaso.

Tras un considerable parón, María Teresa Campos regresó al redil de Telecinco, donde todavía hoy permanece vinculada ya que el pasado 28 de abril firmó un contrato de larga duración con Mediaset.