La situación en Cataluña está yendo "hacia un camino perjudicial para todo el mundo", "un lío que, por fuerza, tiene que acabar mal", ha asegurado hoy el escritor barcelonés Eduardo Mendoza, que se ha confesado "muy preocupado y triste" porque, "acabe como acabe, se ha producido una ruptura muy penosa". Mendoza (1943) ha tenido esta mañana en Getafe un encuentro con estudiantes de Secundaria en el que le han preguntado por la situación en Cataluña, un tema del que ha vuelto a hablar en unas breves declaraciones ante los periodistas antes de recibir el premio José Luis Sampedro del Festival Getafe Negro.

"Estoy muy preocupado y triste porque, pase lo que pase y acabe esto como acabe, se ha producido una ruptura dentro y fuera de Cataluña muy penosa e innecesaria que ha venido en un momento en el que teníamos todo para vivir bien. De repente nos hemos convertido en un país triste y abocado a la división", ha señalado a los periodistas. Las cosas, ha dicho, "están mal", son "tiempos revueltos" y ha pronosticado que la situación, con la fuga de empresas de Cataluña, provocará un "perjuicio" para ambas, aunque, ha matizado, no quiere "hacer un elogio del capitalismo": "Ahora resulta que los bancos que todos queríamos quemar hace cuatro días ahora son buenos".

El escritor, autor de La ciudad de los prodigios o Sin noticias de Gurb, ha confesado a los estudiantes que esta mañana había "puesto varias velas a todos los santos para que no saliera el tema". La respuesta "corta" de cómo lo ve, les ha dicho, es "mal" y "la larga" llevaría "varias horas" porque es "un tema complejo" pero, "sin duda", "los independentistas están planteando una cosa desde el punto de vista político abstracto conceptual discutible: una parte del país se quiere separar que es un estado una nación".

Hay que atacar el problema pero es importante atacar las causas"

"En el supuesto de que se ganara y en el supuesto de que pierdan también se han metido en un lío que, por fuerza, tiene que acabar mal. Quien obtenga una victoria creará una derrota y eso para los catalanes es muy doloroso porque no me apetece que una parte importante de mis conciudadanos vivan en una derrota", ha subrayado. "Ya viví una -derrota- cuando era pequeño y no querría vivir otra", ha precisado el Premio Cervantes 2016, para quien la causa que "impulsa a la gente a querer la separación" no es una sino muchas, sobre todo "la desesperación de la gente joven" que al no ver "claro" ni su presente ni su futuro "se apunta a causas perdidas".

Es, ha afirmado, "un falso romanticismo", la fuerza del "vamos a pegar fuego a todo esto": "Hay que atacar el problema pero es importante atacar las causas. Es un problema muy serio que se está debatiendo en muchos lugares donde no les corresponde hacerlo y se hace muy poco donde se debería hacer". "En vez de contribuir al debate lo que hace es echar leña al fuego. Estamos en el mecanismo de acción y reacción que difícilmente se va a poder para sin una idea o una solución muy drástica que seria una solución quirúrgica con sus efectos secundarios y amputaciones que preferiría no ver", ha añadido.