Cuando Jacques Herzog y Pierre de Meuron diseñaron el Estadio Nacional de Pekín no sabían lo que era el League of Legends. Ni ellos ni nadie, pues al videojuego principal de los eSports aún le quedaban más de siete años para ver la luz. Si todavía no se han enterado, este sábado van a terminar de tener claro qué es y lo que significa en todo el mundo.

El 16 de agosto de 2008 Usain Bolt tampoco sabía lo que era el League of Legends, pero eso no evitó que hiciera los 100 metros lisos más rápidos de la historia para hacerse con el oro tras un esfuerzo de 9,69 segundos. El prodigio jamaicano repitió hazaña cuatro días después, tras recorrer 200 metros en 19,30 segundos, el ser humano más rápido en hacerlo.

Pocas cosas tendrán en común dos arquitectos nacidos en Basilea hace 67 años y un jamaicano de 31 primaveras, pero los tres comparten una: el Nido de Pájaro, apodo del Estadio Nacional de Pekín, construido por los primeros y encumbrado por el atleta tras batir dos récords del mundo en los Juegos Olímpicos de 2008.

Ninguno de los tres, decíamos, sabía en diciembre de 2003, cuando un ejército de 17.000 obreros comenzaba la construcción del estadio, que el 4 de noviembre de 2017 hasta 91.000 personas llenarían las gradas de este coliseo, uno de los 20 más grandes del mundo, para corear a 10 jugadores de videojuegos en la final del Campeonato del Mundo de League of Legends.

El eSport de moda

Ya serán pocos aquellos que no hayan escuchado nunca la palabra eSports. Pues bien, dentro de estos deportes electrónicos, el League of Legends, o LoL, es el más popular. Consiste en dos equipos de cinco jugadores que compiten siempre en un mismo escenario, la Grieta del Invocador, peleando por destrozar el nexo del equipo rival, alojado en las respectivas bases y protegido por torres.

Para conseguirlo deben moverse por un mapa que tiene tres líneas y en la que van apareciendo soldados controlados por el ordenador a los que se debe aniquilar para lograr oro, con el que pagar luego la adquisición de mejores habilidades que acaben con el enemigo.

El juego fue creado por Riot Games y debutó en el mercado a finales de octubre del año 2010. En menos de tres años ya había logrado superar los picos de cinco millones de jugadores simultáneos en todo el mundo.

Tras una larga temporada de juego, este domingo, a las ocho de la mañana hora peninsular, 10 jugadores se citarán en la arena del Nido de Pájaro para pelear por el más alto galardón de su modalidad, como ya hiciera el propio Usain Bolt hace casi una década.

Y no es cosa menor. La mayor competición del juego más popular nunca lo es. Los contendientes serán los coreanos Samsung Galaxy, que derrotó a Team WE, y Sk Telecom T1, que se deshizo de los locales Royal Niver Give Up en una disputadísima semifinal. El premio, más allá de la gloria, será el mayor pellizco de una bolsa de premios de casi siete millones de dólares, seis millones de euros.

Los grandes favoritos son SK Telecom, que han ganado tres de los seis mundiales disputados, con Faker a la cabeza. Detrás del nick se esconde el surcoreano Lee Sang-hyeok, de 21 años, al que se le estima un sueldo base de 2,5 millones de dólares anuales, poco más de dos millones de euros al año.

Millones en juego

Además de la gloria, los jugadores luchan también por una importante recompensa económica. Toda una gran final como esta genera un impacto financiero muy importante, tanto para Riot Games, organizador, como para los propios equipos.

La bolsa de premios base es de 2,5 millones de dólares, casi dos millones de euros, a lo que habrá que sumar una cuarta parte de la recaudación por las ventas de productos relacionados con el mundial en la tienda oficial del Campeonato del Mundo. El año pasado este concepto elevó los premios hasta los 6,7 millones de dólares, casi 5,8 millones de euros.

El reparto está previamente establecido. Tomando como referencia cauta el montante de premios del año pasado, el ganador se llevará 850.000 dólares, casi 730.000 euros, que corresponden al 37,5% del total de premios, dejando 300.000 y 150.000 dólares para el segundo y tercer clasificado, que se harán así con el 13,5% y el 7% del total.

Las entradas también van a generar un buen pellizco para la organización. Si los 91.000 asientos del Estadio Nacional de Pekín son ocupados la recaudación alcanzará los 8,7 millones de dólares, casi 7,5 millones de euros, ya que el precio medio de los tickets ronda los 96 dólares, siendo las más baratas las de 41 y las más caras las de 185 dólares.

Esas potentes cifras económicas también servirán para ayudar a organizaciones benéficas. Otro 25% de las ventas en la página web oficial del Campeonato del Mundo de League of Legends irán directamente a tres entidades que se repartirán dicha donación según los votos de los jugadores.

BasicNeeds, que ayuda a personas con problemas mentales, Learning Equality, que potencia el acceso a internet en comunidades pobres, y The Rapsberry Pi Foundation, que crea ordenadores de bajo coste para aprender, son las tres elegidas de este año. La que más votos consiga para su causa se llevará el 50% de un total que ya supera los dos millones de dólares, más de 1,7 millones de euros, mientras que las otras dos se repartirán el resto.

Enormes audiencias

No todos los aficionados, como no podía ser de otra manera, podrán estar presentes en el Nido de Pájaro para ver a sus jugadores favoritos. La solución para seguir el partido está en conectarse a cualquiera de las retransmisiones que habrá en directo. En España estará en manos de la Liga de Videojuegos Profesional (LVP), cuya señal se proyectará también en muchas salas de cine en las principales ciudades españolas.

El año pasado se emitió la final en 18 idiomas diferentes, con una audiencia total de 43 millones de personas y picos que llegaron a rozar los 15 millones de personas a la vez conectadas a la retransmisión.

Los cuartos de final y las semifinales ya superaron los 500.000 usuarios en directo en todo el mundo, 50.000 de ellos en la retransmisión española, lo que superó todos los registros marcados hasta la fecha. La final, según todas las previsiones, podrá con esa cifra sin demasiados problemas.

La cita es el sábado a las 8 de la mañana en España. Esta vez no habrá pistoletazo de salida, ni un pitido del árbitro. El terreno de juego tampoco será el tartán ni el césped, sino la Grieta del Invocador. Sin embargo, habrá 90.000 personas en las gradas y decenas de millones en sus casas que no se perderán un instante del partido. Ese es el poder del League of Legends.