Año 1972, España se prepara para la despedida de Franco del poder, Alfonso de Borbón y Dampierre se casa con Carmen Martínez-Bordiú y en Radio Televisión Española se estrena el popular concurso Un, dos, tres… responda otra vez, que después se convertiría en el primer formato de la televisión española versionado internacionalmente. La línea entre el antes y el después en una sociedad tristemente marcada por el franquismo y el terrorismo de ETA y que la televisión 'aprovechó' para dar ese punto de color y entretenimiento que sacaría sonrisas a todos sus espectadores.
Todo sucedía un 24 de abril, hace ya 50 años del estreno de ese concurso que reunía preguntas y respuestas, pruebas físicas, música y humor y que durante 10 temporadas se convirtió en una cita ineludible cada semana para millones de españoles. Este domingo RTVE celebrará el medio siglo del programa, desde su nacimiento.
Nuevo concepto: fusión de capacidades
La mecánica del concurso supuso sin duda una revolución en la forma de hacer televisión en España. Un concepto que combinaba cultura (preguntas y respuestas), actividades físicas (la eliminatoria) y la psicología unida a la intuición y a la habilidad social (la subasta). Fue Ibáñez Serrador el creador de esta idea. El realizador siempre había tenido como referente programas de televisión o concursos donde se especializaban o bien en preguntas y respuestas, o en habilidad física o bien de carácter psicológico, pero él decidió mezclarlas adecuadamente para dar como resultado el concurso que bautizó como Un, dos tres..., haciendo referencia a esas tres partes tan diferenciadas.
Pero el genio ya tenía sus precedentes. En Argentina realizó un concurso llamado Un, dos… Nescafé en el que parejas de concursantes debían ir respondiendo alternativamente durante un determinado periodo. La unión de ambos programas se dio en una eliminatoria de actividades físicas donde los concursantes debían competir para llegar a la subasta. Ahí es donde aparece Don Cicuta, interpretado por Valentín Tornos, un personaje negativo creado para desfavorecer a los concursantes. La gran novedad del concurso sumada al contrapunto de elegir a seis guapas azafatas que formaban la 'Parte Positiva'.
Entre ese 'positivismo' también se encontraba parte del éxito. Y si no que se lo digan a las azafatas a las que después se les acumularon las ofertas de trabajo. Desde actrices a presentadoras. Entre ellas, Victoria Abril, Paula Vázquez, Ágata Lys, Lydia Bosch, Nina (OT), Silvia Marsó, Kim Manning, Marian Flores o María Abradelo.
Esta figura fue creada con la misión de asistir al presentador en la conducción del programas, donde realizaban funciones como ofrecer las preguntas, contabilizar las respuestas o presentar a los concursantes. Su 'insinuador' atuendo que se presentaba en los años 70 con minifaldas provocó que alguien ordenara su retirada, siendo sustituidas por pantalones, aunque los cambios solo duraron hasta el programa siguiente.
Pero la verdadera del éxito estaba en la parte negativa, con unos personajes en contra del derroche económico, que evitaban que los concursantes sumaran mucho dinero. También hacía una caricatura a la censura y la intransigencia de la época.eran una caricatura de la censura y la intransigencia de la época. Así creó Ibáñez a los Cicutas, provenientes del pueblo de Tacañón del Todo y dirigidos por el maestro Don Cicuta, acompañado de Cicutillas, Arnaldo Cicutilla y Remigio Cicutilla, interpretados por Javier Pajares e Ignacio Pérez. El protagonista se convirtió en uno de los personajes más populares de la televisión de los 70.
Pero al final su estado salud le impedía acudir semanalmente a la grabación, optando por dividir su personaje en tres distintos: el profesor Lápiz (Pedro Sempson), Don Rácano (Francisco Cecilio) y Don Estrecho Juan Tamariz).
Chicho (como se le llamaba a Ibáñez) contrató en los 80 a Martes y Trece -cuando eran un trío-, para interpretar a los nuevos tacañones. Pero no le terminaron de convencer y tan solo aparecieron en las primeras emisiones de 198