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Las tontas, las listas, las de Santa Clara: las rosquillas típicas de San Isidro

Rosquillas de San Isidro

Rosquillas de San Isidro

Este domingo se celebra la fiesta más popular de Madrid, San Isidro. Es por ello que en estos días estamos viendo a numerosos niños yendo al cole vestidos de chulapos y chulapas, calentando motores para llenar de música, risas y alegría la famosa Pradera de San Isidro para festejar por todo lo alto, después de dos años de pandemia, el día del patrón de la capital.

Pero, además del traje regional de Madrid, si hay algo que se ve estos días son los dulces típicos de estas fechas, principalmente las famosas rosquillas de San Isidro. ¿Quién no se ha rendido a las rosquillas listas, a las tontas, a las del Santo o a las de Santa Clara? Pero... ¿Sabes diferenciarlas? 

Cómo identificar las rosquillas de San Isidro

De la mano de Moncho López, de Levaduramadre Natural Bakery, te contamos un poco más su historia, cómo identificar a cada tipo por su nombre correcto y cuáles son sus ingredientes.

Para los que conocen el Madrid moderno de grandes edificios de oficinas, estaciones de metro, coches y gente corriendo de acá para allá, la Verbena de San Isidro puede resultarles verdaderamente chocante: una pradera verde plagada de chulapos y chulapas en torno a multitud de puestos de comida con el chotis de fondo. Cuentan que es precisamente en esos puestos, en los que nació la tradición de tomar rosquillas para festejar las fiestas de Madrid: "La receta es muy antigua, quizás se remonte a la Edad Media. La costumbre de tomarlas durante la verbena no parece que lo sea tanto, se desconoce la fecha exacta pero sí sabemos mucho de quién la popularizó: la tía Javiera en el siglo XIX" nos cuenta el maestro panadero.

Javiera tenía un puesto en La Pradera de San Isidro y allí vendía unas rosquillas especiales con un dulce baño de color blanco, que fueron un gran éxito de inmediato: "A partir de ahí surgieron imitadores por doquier y varias versiones para la cobertura de la rosquilla que con el paso del tiempo, se han convertido en los cuatro tipos que conocemos hoy: las tontas, las listas, las de Santa Clara y las francesas".

"Hace unos años las rosquillas del Santo perdieron un poco de tirón y muchos dejaron de consumirlas en estas fiestas, pero la tradición ha recuperado el terreno perdido y actualmente hay muchísima gente que vuelve a pedirlas" añade, explicando cómo distinguir cada una:

  • Las rosquillas tontas, que reciben el nombre por la simpleza de la receta, se preparan a base de harina, huevos, azúcar, aceite y un poquito de anís y son la base del resto de rosquillas.
  • Las listas tienen, como hemos dicho, la misma base que las tontas, a las que se añade un glaseado de azúcar, huevo y limón que les da un aspecto muy apetecible. Evidentemente son más dulces y jugosas que las anteriores.
  • Las rosquillas de Santa Clara, por su parte, llevan también la base de las tontas pero están cubiertas de un merengue blanco muy vistoso. Se llaman así porque parece ser que fueron las monjas de Santa Clara del Monasterio de la Visitación las que las inventaron
  • Las francesas fueron creadas por el repostero francés de Fernando VI a petición de su mujer Bárbara de Braganza, a la que no le gustaban demasiado las que existían hasta ese momento. Están cubiertas por un baño de azúcar glass y también almendras.

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