Carlos Encinas Bardem (Madrid, 1977) ya tenía su destino escrito. Lo tejieron sus abuelos Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro, y más tarde su madre, Pilar. Pero no ha sido la saga de actores de la que procede quien le ha dado las alas para volar sobre la actuación y los libros, y mucho menos para introducirle en el mundo del audio, al que dedica su voz en el último lanzamiento de Audible, The Sandman.

El mayor de los Bardem no sabe cuánto más lejos puede llegar, pero sí tiene claro que en la vida hay que tener grandes expectativas. Las fronteras no le han frenado. Ha cruzado el charco para grabar novelas gráficas de carácter internacional, ha participado en series incluidas en las grandes plataformas streamingDiarios de la cuarentena, Relatos con-fin-a-dos e Inés del alma mía, en Amazon Prime Video o Echo 3, estrenada este mismo año en Apple TV+), y además, no ha dudado en mostrar siempre su lado más humano y personal. Con su hermano, Javier Bardem, no se compara, pero no tiene reparo en llenarse la boca de elogios hacia él.

Pregunta.- ¿Cómo ha sido iniciarte en el formato audio?

Respuesta.- Yo había hecho ya ficción sonora, yo hice un podcast que funcionó muy bien, que se llamaba Guerra 3. Pero un proyecto de la envergadura o del nivel de producción de The Sandman, la verdad es que cuando grabé la primera temporada, que ahora estamos presentando la tercera, a mí me sorprendió muchísimo porque es realmente una superproducción sonora y bueno, me ofrecieron participar en ella, leí los guiones, he de confesar que no conocía las nuevas gráficas, me enganché a ellas a raíz de empezar grabar la dicción sonora de The Sandman y lo que me sorprendió de inmediato fue la calidad de la escritura, de las tramas, de los personajes, y la idea que tiene para cruzar referencias mitológicas, históricas, fantásticas, tiempo absolutamente dispares, saltar de uno a otro, y la verdad es que me resultó muy muy divertido grabar The Sandman la primera vez, y ha sido así con todas las temporadas. Cada vez que grabo una me sorprendo.

Carlos Bardem
Carlos Bardem

P.- Hablas de que te ha sorprendido. Entiendo que no esperabas encontrar algo así en ningún momento

R.- Me sorprendió realmente porque es una escritura magnífica, como ficción es increíble, hay unos personajes potentísimos, empezando por estos mundos absolutamente originales que inventan de los eternals, estos personajes que son arquetipos inmortales pero que a la vez son profundamente humanos que nos llevan a viajar por saltos temporales increíbles, escenarios como el mismísimo infierno, ¿no? Y saltar de la Inglaterra de William Shakespeare al Monte Olimpo, al infierno, de ahí al Nueva York de los 70, de ahí a Londres, y lo consiguen con una pasmosa facilidad.

Y mi personaje en esta narración es muy agradecido y muy entretenido porque recorre las tres temporadas prácticamente en todos los capítulos porque es el narrador, es el que lleva al oyente de la mano por todos esos escenarios tan distintos y todos esos saltos temporales y esa mezcla de géneros, porque por momentos es predominantemente fantástico, por momentos roza el terror fantástico y luego hay otros momentos que son absolutamente cómicos o muy poéticos. Así que sí sí, es fascinante.

P.- ¿Sueles consumir este tipo de género en tu vida diaria?

R.-Pues no demasiado, la verdad. Así que ha sido una experiencia muy divertida. Con el estreno de la tercera temporada de The Sandman hay mucha gente que nos decía una cosa que nos sorprendió a todos los que hacíamos la ficción sonora que era que como la adaptación es tan fiel a la novela gráfica, había mucha gente que cerraba el círculo y escuchaba la ficción sonora mientras leía la novela gráfica, lo que sería ya una experiencia sublime.

P.- Como decías, eres el narrador de la historia que envuelve a 'The Sandman', quien conecta “todos los entresijos”, como dice la sinopsis. ¿Con qué responsabilidad tomas ese papel? ¿Hubieras preferido ser la voz de Morfeo por ejemplo?

R.-Nunca me plantearon ser otra cosa y lo acepté con mucha responsabilidad porque date cuenta que el narrador en la versión inglesa es el propio Neil Gaiman. Al ser una ficción sonora, por mucha información que tú ves y la calidad de la producción, la cantidad de efectos, de personajes, tiene que haber un narrador, tiene que haber un hilo conductor que lleve por los parlamentos, los diálogos, quitando un poco lo que está sucediendo.

Cuando nos enfrentamos en la primera temporada a esto, por supuesto tuvimos presente la labor de Gaiman, lo que él hace, y no tenía mucho sentido imitarle. Así que decidimos encontrar una voz propia con la cadencia del castellano, que en castellano las frases suelen ser un poco más larga y decidimos que la voz acompañara a las emociones en los escenarios.

P.- También narras 'Mongo Blanco', escrita por ti. Qué te ha llevado a crear esta epopeya?

R.-Mongo Blanco es una cosa absolutamente distinta, porque The Sandman es una ficción sonora. Hay personajes, hay diálogos, hay efectos de sonido, y Mongo Blanco, lo que he hecho para Audible es el audiolibro, que no es más que la narración del libro tal cual está escrito.

Para mi fue muy bonito hacerlo porque escribí para escuchar mi novela, y descubrir la música que tiene cada libro. Todo lo que uno escribe tiene una música distinta. Leer toda mi novela me sirvió primero para reconectarme con todas las emociones que sentí al escribir este libro, que creo que es un libro maravilloso pero también muy terrible, porque habla de una atrocidad y me llevó cinco años de trabajo escribirlo. Me conectó con todo eso y al mismo tiempo me hizo descubrir cosas nuevas, leerlo en voz alta y tener que locutarlo me descubrió esa música interna de la novela y fue una experiencia muy bonita.

P.- ¿Cuánto de diferente es el formato audio con respecto al audiovisual? Y cuál prefieres, después de haber probado ambos

R.-No hay por qué elegir. En el fondo son formas de contar historias. El ser humano necesita narrativas para comprender y para comprenderse, para entender el mundo en nuestro presente, en nuestro pasado, de dónde venimos, a ordenarnos como individuos. Entonces, la literatura, yo como novelista, la practico de una forma muy narrativa. Cuando soy actor, ya sea ficción sonora o audiovisual, me pongo al servicio de narrativas ajenas. Entonces, son vehículos muy distintos.

Yo siempre digo que hay una diferencia fundamental entre el audiovisual y la ficción sonora, en este caso. El audiovisual siempre plantea una comunicación viva, unívoca, unidireccional, o sea, tu recibes toda la información, recibes la historia, recibes al actriz o el actor que sean elegidos, vestuario, etc... En la ficción sonora la experiencia es muy rica porque es distinta porque por más información sonora que te entre tú tienes que generar esas imágenes, así que que estableces entre la historia y tú una relación bidireccional, tú recibes pero a la vez creas igual que recibes.

P.- ¿Crees que el audio está transformando de alguna manera la forma que tenemos de leer o ver películas o series?

Creo que la tecnología determina siempre cómo consumimos las cosas

R.-Creo que cualquier forma de narrar siempre está determinada por los efectos tecnológicos de cada época. Ahora todo el mundo lleva un smartphone en el bolsillo, con lo cual tu llegas tienes 100.000 podcast al alcance de clics con el dedo, así que yo creo que sí, que evidentemente modifica el consumo, lo hace mucho más inmediato, hay mucho más contenido. Tenemos muchas más narrativas al alcance de la mano, o en este caso de la oreja. Entonces, sí, creo que la tecnología determina siempre cómo consumimos las cosas.

P.- ¿Volverías a elegir tu profesión?

R.- Sí, sin dudarlo. Mis dos profesiones, por supuesto.