Este fin de semana miles de ejecutivas estadounidenses que odian la Navidad se quedarán atrapadas en un recóndito pueblo de Canadá o Estados Unidos por una avería en su coche. Allí, se enamorarán de un veterinario, un médico, o un hombre que les salve la vida, y recuperarán el espíritu navideño. Es el punto de partida de la mayoría de las películas navideñas. Nada más comenzar el filme, el espectador ya intuye lo que va a pasar. Diálogos absurdos, mucha nieve, renos y adornos cutres que se extienden a lo largo de toda la historia. Y, claro, un final feliz garantizado.

Love Actually, El Grinch o The Holiday han marcado la historia del cine. Siempre ha habido películas navideñas, pero parece que últimamente el género se está volviendo más masivo. Desde finales de octubre las plataformas de streaming empiezan a bombardear a sus usuarios con este tipo de películas, que generalmente se conocen por su poca calidad. En cambio, son vistas por millones de personas. Y es que, cuando se trata de películas navideñas, ¿no se busca la calidad? ¿El público está dispuesto a tragarse cualquier cosa? Los datos hablan. Cada vez son más las plataformas que deciden invertir su dinero (que no es mucho) en producir filmes navideños. En 2015 solo se estrenaron 47 películas para televisión en Estados Unidos ambientadas en Navidad. Este 2022, en cambio, se emitirán 214 nuevas producciones.

Lo asombroso de las películas navideñas es que no se ven los filmes por los actores o la trama, sino porque es lo que toca en esa época del año. Aunque parece que la Navidad cada vez se estire más, y dure incluso 3 o 4 meses.

Hallmark es una de las cadenas por cable con más espectadores mensuales y este año ha producido 40 películas navideñas

Solo hace falta ver la apuesta de Netflix para entender el boom de este género. Estas fechas, las películas navideñas dominan sus audiencias. Y, por eso, la plataforma no ha querido quedarse atrás y ha decidido lanzarse a la piscina y apostar por la temática. Ofrece cantidad de filmes con esta temática: Navidad de golpe, Dos regalos de Navidad, Un príncipe de Navidad, Cambio de princesa, Una Navidad con vistas, Operación feliz Navidad, entre otras. No solo es distribuidora de muchos de estos títulos en todo el mundo, sino que también produce sus propias historias.

Fue en 2017 cuando Netflix descubrió este mundo con el inesperado éxito de Un príncipe de Navidad (una periodista entrevista al príncipe de una ficticia nación europea, se enamoran y ella acaba siendo reina). Además, dio lugar a una trilogía: en 2018 con Un príncipe de Navidad: La boda real y en 2019 con Un príncipe de Navidad: Bebé real.

Las películas navideñas se han convertido en un negocio muy rentable: atraen una gran audiencia y no son costosas de producir

Crónicas de Navidad, la historia protagonizada por Kurt Russell, fue una película de la plataforma que batió récords. Los datos de Netflix son auténticos secretos de estado, informan sobre algunos de vez en cuando y, sobre todo, cuando les interesa. Pero Ted Sarandos, jefe de contenidos de Netflix, anunció hace años en una conferencia en Nueva York que alcanzó los 20 millones de reproducciones en su primera semana. Tal fue su éxito que en 2020 se estrenó la parte 2.

En el caso de Klaus (2019), una película de animación española dirigida por Sergio Pablos, registró 30 millones de visualizaciones en su primer mes de estreno. Además, ganó el BAFTA a la Mejor película de animación y estuvo nominada a un Oscar, lo que demuestra hasta dónde pueden llegar estos filmes navideños.

Su éxito es innegable, pero este tipo de películas traspasan fronteras, y no solo triunfan en las plataformas de streaming. Tan solo hay que pensar en los fines de semana viendo Antena 3, sobremesas de tardes de invierno con el maratón de producciones de temática navideña, que hace que la cadena logre datos de audiencia que llegan a superar incluso las cifras del prime time del canal.

Pero, sin duda alguna, la estrella y la gran productora de la Navidad es Hallmark. Solo hay que meterse en su página web para que la Navidad te envuelva del todo. Es una de las cadenas por cable estadounidense con más espectadores mensuales, sobre todo en esta época del año. El canal recaudó entre noviembre y diciembre de 2021, 147,8 millones de dólares, teniendo los mayores picos de audiencia los viernes, sábados y domingos. Este año, por ejemplo, ha producido 40 películas navideñas.

Las películas navideñas se han convertido en un negocio muy rentable: atraen una gran audiencia y no son costosas de producir. Al parecer, la clave es invertir poco y fabricar en masa. El rodaje dura tan solo dos semanas, algo inimaginable en el mundo del cine. Y, además, todo por un par de millones de euros. Es decir, una auténtica ganga. Las películas navideñas son, sin duda, las producciones low cost del mundo del cine.

La postal navideña: pareja blanca heterosexual

A Hallmark se le conoce por ser una compañía conservadora de profundas raíces cristianas, cosa que ha levantado ampollas en muchos usuarios. Este mismo año Candace Cameron Bure, actriz de Padres forzosos, declaró en una entrevista en The Wall Street Journal, que en sus nuevas películas (ahora en otra productora) "el matrimonio tradicional se mantendrá en el centro", palabras que no sentaron muy bien.

Portadas de películas navideñas. / Twitter @astralbarnes

Ya en 2018, una usuaria de Twitter compartió un collage en el que exponía las portadas de diferentes películas navideñas y mostraba que eran prácticamente idénticas. Parejas blancas heterosexuales, ellas vestidas de rojo y, ellos en cambio, de verde, con adornos navideños por detrás.

A pesar de las críticas de los últimos meses, los filmes navideños están empezando a insertar personajes LGTBI. Hallmark, por ejemplo, a pesar de su ideología, en 2020 estrenó una película en el que muestran una pareja gay. En 2021, Netflix lanzó Soltero hasta navidad, protagonizada por Michael Urie y Philemon Chambers, el primer actor negro gay que encabezaba una película navideña. Aun así, si se compara con la cantidad de películas navideñas que se producen al año, los datos son irrisorios.