La clausura de Mad Cool 2023 ha empezado como arrancó en el estreno de su nuevo recinto, con buena música y conciertos que han atraído a la masa como el de Red Hot Chili Peppers por un lado y, por otro, con colapsos que, si el jueves se vivieron en los accesos, hoy se han traslado al interior haciendo de esta por momentos una experiencia bastante más incómoda y claustrofóbica.

La de este sábado ha sido la única jornada con todo el aforo vendido, unas 70.000 personas, solo 3.000 más que ayer según las cifras oficiales, aunque en la práctica ese pequeña diferencia no explicaría cómo el recinto de 185.000 metros cuadrados ha pasado a bloquearse en varios puntos, incluidas zonas clave de paso como los aseos, lo que ha llevado a muchos asistentes a orinar en cualquier esquina, informa Javier Herrero (Agencia Efe).

Que era fin de semana y había ganas de exprimir la jornada se ha notado ya en la temprana hora de entrada de buena parte de los asistentes pese a los 33 grados sobre el espacio Iberdrola Music, que se han desplegado entre propuestas como los roqueros Belako o el pop de Cupido, en medio de una oferta que -esta vez sí- se ha prodigado en más nombres españoles como Morgan y Shinova.

Al otro lado del recinto, el hedonista pop con sintetizadores de los británicos Years And Years, ascendidos a uno de los escenarios principales desde su anterior visita a Mad Cool, quizás por haber remachado por todo lo alto el último Dcode en la capital mientras la muchedumbre ha bailado regada por manguerazos de agua.

Turno después de los himnos intemporales, los de un Liam Gallagher que -aun retando a los madrileños con el himno del Manchester United- 25 años después sigue concitando mucho público en torno a los días de gloria de su época en Oasis y no tanto en Beady Eye.

M.I.A., sustituta de última hora de Janelle Monae por la cancelación de su gira europea, ha sido a continuación la gran damnificada por haberse convertido en el entretiempo hasta las grandes estrellas de la jornada.

Eso, pese a que a la misma hora estuviesen tocando otras leyendas como Primal Scream y a que se contaran por millares los visitantes de este Mad Cool que han decidido permanecer al pie del primer escenario por sus ídolos Red Hot Chili Peppers, que no tocaban en Madrid desde su concierto en el Palacio de los Deportes en 2016, esta vez con la guitarra de Joe Frusciante de vuelta a sus filas.

El secreto de la eterna juventud

Suyo junto a Chad Smith y Flea, que ha entrado al escenario haciendo el pino, ha sido una "jam session" eléctrica y perfecta como arranque y prolegómeno a ese ya clásico Can't Stop que ha puesto el voltaje de Mad Cool al máximo y que ha dado entrada al cantante Anthony Kiedis, quien parece mantener el secreto de la eterna juventud.

Algunos disidentes, y decir eso en una jornada como esta equivale a no menos de 4.000 personas, han apostado en paralelo por el pop comercial de la estadounidense Ava Max, cuya abundanten dosis de "hits" bien hubiese merecido un escenario principal, pero en general el grueso de la concurrencia se ha mantenido fiel a los californianos.

Como premio, estos han explotado un repertorio que ha equiparado en aportaciones un trabajo tan reciente como Unlimited Love (2022) con otro tan emblemático By The Way (2002), del que no han dejado de tocar el corte titular, no tanto así Californication (1999), reducido al tema homónimo con el que Frusciante ha vuelto a lucirse con un bonito coleo de guitarra.

Junto con él, al directo de la banda también ha regresado un Under the Brigdge que le sustrajeron al público madrileño en su anterior visita y que ha sonado como perfecto cierre de altura junto a Give it Away, a falta de unas pocas horas para cerrar después de tres jornadas este Mad Cool con The Prodigy y Jamie XX.