Duro de pelar, Qué no daría yo... son algunas de las canciones de Rebeca Pous que han marcado los veranos de las últimas décadas. En entrevista con El Independiente, la catalana explica que con su música busca "transmitir mucha energía, positividad y felicidad" a quienes asistan a sus conciertos.

Este viernes no solo aportó eso, sino también sorpresa, en la segunda jornada del Mad Cool. "He tenido el placer de probarlo más de una vez y te puedo decir que la experiencia es muy guay, porque te hace tener esas mariposas en el estómago, no sabes cómo va a reaccionar la gente ni cómo te va a recibir", contaba justo antes de su participación por sorpresa en La Tómbola del escenario Vibra Mahou, plataforma de Mahou Cinco Estrellas que impulsa los mejores encuentros.

En ella, además de premios para los festivaleros, se ofrecen cada día conciertos sorpresa a las 20:30 horas, que en otras ocasiones han protagonizado artistas como Locomía, Los Chichos, Obk, Boney M... Este año han correspondido a Azúcar Moreno, Rebeca y Muchachito Bombo Infierno.

Para convertirse en una cantante con varios temas de verbena, fueron esenciales sus referentes. "Yo vengo de familia artista, mi madre y mi tío eran cantantes y yo desde muy jovencita, cuando acabé mis estudios de Formación profesional, me puse a hacer cosas de televisión, de azafata, de bailarina y a cantar. Rápidamente me llegó la oportunidad y no la desaproveché".

"'Sálvame' tendría que haber continuado"

En televisión, ha sido muy cercana a Telecinco, habiendo participado en Supervivientes o en Cazamariposas, entre otros formatos. Tanto, que el viernes formó parte del penúltimo Deluxe, pues el programa se despide definitivamente, al igual que ocurrió hace pocas semanas con Sálvame diario.

"Echaré mucho de menos Sálvame, creo que debería haber continuado, podría haberse transformado. Dejará huella y les tenemos que estar muy agradecidos, porque durante 14 años han acompañado muchísima gente".

Además, es colaboradora en El Circ, programa presentado por Frank Blanco en 8tv. "Todo el trabajo de artes escénicas, de producción de televisión, de baile o de música tiene su parte buena. A mí me gusta hacer de todo, vibrar en directo y que la gente cante contigo no tiene precio, pero todo lo demás también, me encantan la televisión y los realities", añade.

Rebeca cuenta que, en su carrera, se siente muy apoyada, pero sobre todo por la comunidad LGTBIQ+: "Me han demostrado su apoyo, no tengo palabras, estaré siempre agradecida y siempre que me llaman estoy ahí, acudiendo por una buena causa y para que todos celebremos simplemente la diversidad, que seamos felices y que cada uno ame a quien quiera amar".

Aunque ya intentó hace unos años representar a España en Eurovisión, no descarta presentarse al Benidorm Fest, aunque no necesariamente como artista. "No digo yo que no, sobre todo como compositora. Ya tuve la suerte en 2007 de que una canción hecha por mí, I love you, mi vida de D'nash, fuese al festival. ¿Por qué no volver a mandar algo? Como representante no lo sé, porque hay que estar muy al 100% y depende las ganas", explica.

Sobre sus posibles propuestas, adelanta que le gusta cuando una canción no se quita de la cabeza, que sea lo más pegadiza posible e innovadora. La de Rebeca fue una de las puestas en escena más animadas en un día en el que brillaron especialmente Sam Smith, por su subversiva propuesta visual y su excelencia musical, y The Black Keys, quienes pusieron el broche al certamen con su mítica Little Black Submarines.