Barbate, en la costa gaditana, presume de tener en su municipio varios bares y restaurantes para degustar atún.

Aparte de la degustación de atún fresco, el municipio también es sede de varias fábricas conserveras de renombre. Por popularidad, calidad y servicio, hay un restaurante en Barbate que se ha ganado merecida fama entre los buenos comensales.

Y es que El Campero es Barbate por excelencia, con el atún como comida mimada de referencia. Todo el mundo quiere ir a comer atún a El Campero de Pepe Melero -situado en la avenida de la Constitución-, obviamente en los meses de verano convertido en una batalla que es recomendable iniciar hacia la una del mediodía -no hay playa esa mañana- para intentar conseguir un hueco en la barra o una mesa alta para picar que se quede milagrosamente libre.

Precisamente, El Campero reabrió sus puertas este 2024, tras el tradicional descanso invernal, el pasado 8 de febrero.

La filosofía de la casa está clara. "La belleza de El Campero está en el paladar, en toda una historia milenaria de amor y conocimiento del 𝗮𝘁ú𝗻 𝗿𝗼𝗷𝗼 𝘀𝗮𝗹𝘃𝗮𝗷𝗲 𝗱𝗲 𝗮𝗹𝗺𝗮𝗱𝗿𝗮𝗯𝗮 y en el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Somos la suma y el resultado de todos los que formamos esta gran familia", dan a conocer en sus redes sociales.

El período de reservas está abierto en la web restauranteelcampero.es, aunque no hay que extrañarse de que los meses de verano de julio, agosto y septiembre están bloqueados. La solución, llamar por teléfono (956 432 300) para conseguir una codiciada mesa en esas fechas.

¿Qué comer en el restaurante de Barbate?

La carta cambia todos los años, pero como desde allí remarcan, "sólo hay una cosa que se repite siempre, el atún rojo salvaje de almadraba, una exquisitez que merece la pena probar".

Hay tres cartas diferentes: de tapas, de bar&terraza (hace poco duplicaron la capacidad de la terraza cubierta exterior) y de restaurante.

Aparte, disponen de un menú especial de degustación de atún rojo, llamado El Susurro de los Atunes, que, entre otros manjares, incluye tartar de lomo, tosta de atún y trufa -famosísima y copiada en cientos de establecimientos-, descargamento y aguacate -la imagen que ilustra este reportaje-, ventresca, toro, morrillo y tarantelo. Casi nada. Y dos postres muy de la tierra: el queso payoyo y la sopa de palo cortado.