El obelisco diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava en la Plaza de Castilla de Madrid seguirá inmóvil. No es que este monumento, inaugurado en 2009 y donado por la desaparecida Caja Madrid a la ciudad con motivo del tercer centenario del Monte de Piedad, pueda cobrar vida: es que cuenta con un complejo mecanismo con 121 elementos hidráulicos, 462 lamas de bronce y casi 900 articulaciones que permite simular un movimiento helicoidal, como si girara sobre sí mismo. Debido a su elevado coste, prácticamente desde el primer día ha permanecido estático, y definitivamente desde 2012. Hoy, el Ayuntamiento de Madrid ha confirmado que seguirá estándolo.

Lo ha dicho la directora de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, Elena Hernando, durante la comisión de Cultura, Turismo y Deporte celebrada este martes, en respuesta a una pregunta del grupo municipal de Vox. El gobierno municipal no tiene "en la actualidad" previsión alguna "de variar las condiciones de la situación del obelisco". Habilitar su mecanismo original exigiría "contratar su mantenimiento anual", que hace una década tenía "un coste de 150.000 euros", esto es, "cerca del 50 por ciento del importe total invertido en la conservación del resto de monumentos municipales". "Con la subida de precios de estos últimos años es de suponer que el presupuesto necesario para financiar el movimiento del Obelisco sería muy superior al de 2012", ha constatado Hernando.

Una pirámide imaginaria

El funcionamiento del obelisco de Calatrava, una torre vertical de bronce y acero de 93 metros que pretendía, en perspectiva, funcionar como el vértice imaginario de una pirámide formada por las contiguas Torres KIO, entonces sede Caja Madrid, dio problemas a los pocos días de su inauguración hace casi quince años, en septiembre de 2009.

La previsión en el momento de la donación era que Caja Madrid se haría cargo del mantenimiento del obelisco. Sin embargo, tal y como ha recordado la directora de Patrimonio del Ayuntamiento, "la complicada situación financiera de la entidad", rescatada en 2012 e integrada en Bankia desde 2020, "lo impidió". En enero de 2012, como parte de una serie de medidas de contención de gasto, el consistorio madrileño decidió dejar de licitar el mantenimiento del movimiento del obelisco.

"El monumento puede ser discutible, nos gustará más o menos, pero de lo que no hay duda es que, por su situación en un punto tan emblemático de la ciudad y por ser la única obra de Calatrava en la capital de España, debería funcionar como se proyectó inicialmente", ha defendido el concejal de Vox Fernando Martínez Vidal, que ha propuesto explorar la opción de un patrocinio privado para volver a ponerlo en movimiento.