En cuanto se dio la vuelta en el escenario del Premio Taurino ABC, Curro Romero, 90 años, arropado por una ovación que se escuchó en Boston, saludó con la mano derecha y después se abrazó para abrazar a todos. Despacioso.

Todo despacioso. Y corto. "Voy a leer estas palabras que son de Curro, y, como todo lo que ha hecho, son cortitas", anunció Carmen Tello, la esposa del torero. Despacioso y cortito.

Curro Romero ha recibido este jueves el XV Premio Taurino ABC. En un acto sin parangón -que se recuerde- el maestro estuvo rodeado de muchísimos toreros. Y él, claro, se dio cuenta y les dio las gracias por "venir a la querencia". Cumbre Romero, entrañable.

El Faraón de Camas recibe el XV Premio Taurino ABC a sus 90 años rodeado de toreros a los que agradeció "venir a la querencia"

Cuando hablamos de toreros nos referimos a Curro Vázquez y Ortega Cano, a Juan Ortega y Pablo Aguado, a Roberto Domínguez, Espartaco y El Soro, o a Diego Urdiales y Emilio de Justo. Una veintena de compañeros que saben lo que supone Romero presente de cuerpo y alma y corazón en este homenaje a su figura. Corazón porque Alberto García Reyes resumió gloriosamente a Romero con la palabra "amor", y ahí recordó cuando reconoció que de la única que se acordaba toreando era de Carmen Tello. Ovación en la sala.

García Reyes, director del ABC de Sevilla, se salió en el discurso. Con la distinción de quien ha estado con el protagonista el Viernes Santo pasado. No cabe mayor cercanía. Los toreros, para la foto final, rodearon al maestro de Camas, al Faraón, a quien dispensó visita admiradores y amigos como José María García, Pedro Piqueras o Javier Arenas.

"Qué difícil es comer despasito cuando hay ganas de comer", cantó por bulerías para cerrar el acto Marina Heredia, en frase de enjundia currista.

Y la gente hizo caso y al punto se fue feliz y directa al cocktail servido bajo la solvencia y categoría del equipo de comunicación y alterne de Vocento.

Todo despacioso. Y cortito.