La reina Letizia inauguró este jueves una nueva edición de la Feria del Libro de Madrid con una consigna sencilla pero firme: "Hay que venir a la Feria, hay que venir al Retiro". Y con ella dio comienzo, bajo un cielo despejado –antes de la tormenta seca que se anuncia para esta tarde– y entre vítores espontáneos, el paseo más mediático del mundo editorial español. Vestida de blanco, con flores bordadas y sandalias a juego, Letizia recorrió durante algo más de una hora y media las casetas del Paseo de Coches, repartiendo saludos, posando para selfies y dejando caer recomendaciones de lectora reincidente.

Si los libros que saca Rosalía en su Instagram se viralizan, si Dua Lipa se ha convertido en una prescriptora cultural gracias a su club de lectura y su pódcast, Letizia no se queda atrás. Sin necesidad de etiquetas ni filtros, la reina marca tendencia cada año con sus elecciones en la Feria del Libro. Otra forma de influencia, con menos algoritmos y más papel.

Este año, Nueva York es la ciudad invitada de la Feria del Libro de Madrid, pero en las elecciones de la reina han predominado otras afinidades: María Moliner, Federico García Lorca, Gabriela Mistral. También ha habido espacio para Edgar Allan Poe, Rilke y una joven promesa como Irene Reyes-Noguerol. La reina recibió libros, intercambió anécdotas con libreros y editoras, y se detuvo con especial interés en las novedades de editoriales como Páginas de Espuma, Demipage o La Huerta Grande.

Una de las paradas más comentadas ha sido en la caseta de Olavide Bar de Libros, donde una librera confesó, divertida, que Letizia había visitado en más de una ocasión y sin anunciarse su local de Chamberí. Allí, la reina adquirió Hasta que empieza a brillar, una biografía de María Moliner escrita por Andrés Neuman. También pasó por Alberti –que este año celebra su 50 aniversario–, donde se hizo con títulos de Lucía Carballal, Julia Alonso y María Teresa León.

El equipo de los libros

Pero quizá el momento más entrañable se produjo en el Pabellón Infantil, donde un grupo de niños del colegio FEM dibujaba escenas de cuentos. Letizia se sentó con ellos, les ayudó a colorear y les preguntó, sonriendo, de qué equipo eran. Ante la mezcla de camisetas del Real Madrid y el Barça, zanjó la rivalidad con una pregunta mejor: "¿Sois del equipo de los libros?". Los niños asintieron. También, reconocieron, del equipo de las pantallas.

La reina estuvo acompañada durante el recorrido por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. La directora de la Feria, Eva Orúe, ejerció de anfitriona, y al finalizar, reveló entre risas que Letizia "se convirtió en la periodista que lleva dentro" y no dejó de hacer preguntas –no comprometidas, pero sí bien dirigidas– sobre la organización del evento.

Entre los títulos que se llevó destacan Poeta en Nueva York, Cartas a un joven poeta, ¿Y si pongo otra palabra? –un homenaje a Antonio Vega–, Señales de Tim Gautreaux y El museo como templo, de Lorena Casas Pessino. También una antología de Gabriela Mistral, obsequio del embajador chileno en el Pabellón Iberoamericano.

La Feria, que este año cuenta con más de 365 casetas, estará abierta hasta el 15 de junio. Y como recordó Letizia, la cita va más allá de la tradición: es una fiesta cívica, un paseo por la memoria y las palabras, y un refugio cada vez más necesario para quienes, incluso en tiempos de pantallas, siguen eligiendo el equipo de los libros.