Hace 60 años cambió la percepción existente de Marte, y todo gracias a una imagen. El 15 de julio de 1965, cuatro años antes de la llegada del Hombre a la Luna, la sonda Mariner 4 de la NASA, enviada el año anterior para explorar por primera vez el planeta rojo, transmitió los primeros resultados visuales de su vuelo orbital. La primera imagen se retransmitió por televisión, dio la vuelta al mundo y se celebró como un éxito para la astronomía. Sin embargo, el mensaje que daba no era demasiado halagüeño: la fotografía evidenciaba que Marte no era potencialmente habitable, como se creía hasta el momento, sino un mundo árido y muerto.

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El histórico encuentro de la Mariner 4 con Marte fue solo el comienzo de una serie de misiones que cambiaron la manera de que percibir el resto de planetas del Sistema Solar. Por ello, el segundo piso de las Instalaciones de Ensamblaje de Naves Espaciales en el campus del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena (California) alberga una pequeña exposición de dicha representación, que constituye la primera fotografía de otro planeta tomada desde el espacio. Pero lo cierto es que aquella primera imagen no era una fotografía en absoluto.

La misión de plasmar un planeta

Se ha especulado mucho sobre si el Apollo 11 llegó a la Luna o si fue una cuidada producción hollywoodiense. Pero más allá de conspiranoias, la verdadera y demostrada falacia de la agencia espacial estadounidense tiene que ver con Marte. La imagen retransmitida en televisión se trataba, en realidad, de una representación coloreada de los datos capturados y enviados a la Tierra por la Mariner 4 hace hoy 60 años, cuando la sonda hacía su aproximación más cercana al planeta rojo. Las fotografías originales terminaron por difundirse, pero es aquella coloreada a mano la que sigue cautivándonos.

Miembros de la NASA la describen como "un objeto de curiosidad y asombro", que encuentra su valor en su poderosa historia. A la Mariner 4 le habían precedido otras sondas que buscaban fotografiar el espacio. Solo lo lograron dos: la Mariner 2, que logró avistar Venus en 1962; y la que ahora nos atañe, una versión mejorada de la Mariner 3, que se quedó sin energía tan solo ocho horas después de despegar.

Imagen de la sonda Mariner 4.
Imagen de la sonda Mariner 4. | NASA

Hasta ese momento, la imagen de mayor resolución de Marte había sido captada por un austero telescopio en 1956. Hizo falta que la Mariner 4 recorriera, nueve años después, 9.845,5 kilómetros para, equipada con una cámara de televisión y otros seis instrumentos científicos con los que estudiar la superficie, capturar hasta 22 imágenes de Marte. Las fotografías se hicieron de rogar pero, al final, lograron llegar a la Tierra. Pero, para entonces, aquí ya se había "visto" Marte.

Colorear Marte con colores pastel

Lo cierto es que, pese a tratarse de un viaje fotográfico, los científicos de la NASA confiaban más en aquellos aparatejos con los que estudiar la superficie del planeta que en la cámara en sí y, mientras esperaban la llegada de unas imágenes que ni siquiera sabían si iban a llegar, el equipo que se encontraba en Tierra, liderado por Richard Grumm, empezó a hacer sus pesquisas.

Convirtieron los datos digitales que iban recibiendo del Mariner 4 en código binario de unos y ceros en cinta de teletipo para, más tarde, colorear cada número basándose en el brillo de cada píxel. La idea inicial era pintar el planeta de gris pero, al acudir a la tienda para comprar lápices, Grumm se encontró con que sólo estaba disponible un juego de colores pastel. Obviaron el rosa, el azul y el morado, y lo apostaron todo al marrón, el rojo y el amarillo.

Aunque la elección parezca intencionada (pues estos colores son la paleta cromática real de Marte), lo cierto es que Grumm sólo pensaba en aquellos colores que mejor imitarían un gradiente de blanco a negro. El oscuro marrón se emplearía para reflejar el vacío del espacio, el naranja para las nubes de la atmósfera marciana y el resto de colores, más claros, serían Marte.

A pesar de los esfuerzos del equipo de comunicación por lograr que esta obra no saliera a la luz, los periodistas no tardaron en conocer la existencia de esta imagen. Así, antes de que la foto real se hiciera conocida, las televisiones ya habían mostrado "la primera imagen de Marte". De haber sido un televisor moderno, habría evidenciado que Marte, en realidad, estaba conformado de unos y ceros.

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