El vinagre es un producto básico que se utiliza en millones de cocinas para diferentes recetas de la gastronomía de nuestro país. El uso más habitual que se le da es para aliñar ensaladas, pero tiene muchas más aplicaciones. Si echamos unas gotas mientras se está cocinando el pollo en la sartén, vamos a lograr que aumente considerablemente la jugosidad de la carne, el sabor y la textura del plato. De esta manera, una simple pechuga, que siempre suele ser la parte más reseca del pollo, sea menos escasa, más aromática y más agradable.

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El vinagre al cocinar pollo

El vinagre contiene ácido acético, una sustancia que modula la estructura de los alimentos. Cuando se le añade unas gotas a la sartén, este ácido modula las fibras del pollo de tal forma que deja la carne más tierna y jugosa, sin necesidad de prolongados tiempos de reposo. El efecto va a ser notable durante la cocción e incidirá en que la pechuga, al final, sea mucho más fácil de masticar y mucho más sabrosa en cualquier receta que se realice.

Evita la carne seca

Al ser la pechuga de pollo una carne magra, tiene tendencia a deshidratarse con cierta facilidad. Sin embargo, unas gotas de vinagre van a conseguir que conserve más sus jugos naturales. La combinación del calor con el ácido acético da lugar a la creación de una fina costra protectora en la superficie que evita que el interior pierda humedad. De este modo, su textura se va a mantener más uniforme, aun cuando se añada poco aceite o si se cocina a la plancha. cuando más jugo interior suele perder la pieza que se cocina.

Otros beneficios del vinagre

Este ingrediente, el vinagre, suma un ligero punto de acidez que realza el gusto del pollo sin llegar a cubrirlo. Logra equilibrar el conjunto del plato potenciando a su vez, cualquier especia o hierba aromática. Este efecto convierte al vinagre en el aliado ideal de quienes aspiran a realizar comidas con mucho sabor con productos simples y sin tener recurrir a técnicas complejas.

Recetas rápidas y ligeras

El vinagre da la posibilidad de preparar platos con más profundidad de sabor, a menudo con menos necesidad de preparar salsas pesadas. Su ligereza se compagina con una cocina equilibrada y fácil de digerir. Con poco ya es suficiente para encontrar el gusto en cualquier receta o combinarlo con un gran número de guarniciones desde las verduras a la plancha, el arroz aromático o las ensaladas templadas.

El vinagre e la cocina

El vinagre, que se usa, por regla general, para aliños, tiene un sinfín de aplicaciones. Se puede usar para pelar huevos duros con facilidad, para mejorar marinados sin esfuerzo, etc. La versatilidad de este condimento lo hace fundamental en la cocina y, a su vez, nos permite llevar a cabo tareas diarias con más facilidad y darle un matiz diferente a ciertas preparaciones caseras.

Cómo integrarlo de manera equilibrada en tus recetas

Para sacarle partido a su efecto al cocinar pollo solo haría falta añadir una cucharadita de vinagre al aceite caliente. Su concentración permite trabajar con pequeñas dosis, facilitando la incorporación al mismo tiempo que no altera el equilibrio del plato. Asimismo, se puede emplear también en los diferentes tipos de vinagre que existen (el de manzana o el blanco, por ejemplo) según la tonalidad que se quiera dar a la preparación.

Añadir vinagre en la sartén es un gesto sencillo, y pragmático que asegura, entre otras cosas, la jugosidad, el aroma y la textura, sobre todo en el pollo, y que realiza una labor excelente realizando un pequeño y simple esfuerzo.

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